A las seis de la mañana de ayer, un vuelo de Iberia procedente de Santiago de Chile tomaba tierra en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con 300 pasajeros en su interior. Entre ellos se encontraba la estudiante lalinense de 23 años María García Vázquez, que procedente de Viña del Mar, por fin pudo se repatriada junto a sus compañeros de estudios Enrique de Esteban, Claudia Varela e Iván Rey. Tras un largo viaje por carretera, María ya reposa en su casa de Teo con su familia, donde tendrá que estar un par de semanas de cuarentena.
-¿Qué tal ha ido el viaje?
-Llegamos hoy (por ayer) a las seis de la mañana en un vuelo directo entre Santiago de Chile y Madrid. Fueron doce horas y media de avión. Una locura, la verdad.
-¿Cómo consiguió finalmente poder salir de Viña del Mar?
-En el grupo de españoles residentes en Chile que teníamos allá se empezó a decir que había posibilidad de coger ese vuelo. De todas formas, se trataban de especulaciones porque a ciencia cierta no se sabía nada. Nosotros, como ya teníamos el billete cancelado, decidimos llamar a Iberia y movernos para salir hoy (por ayer). Aún así, durante todo ese tiempo estuvimos pensando que seguramente no saldría. Por si fuera poco, hace unos días el Consulado de Chile en Madrid había dicho que tanto el vuelo de Madrid a Santiago como el de Santiago a Madrid estaban cancelados. Finalmente, pudimos subirnos a él y volar.
-¿Les hicieron alguna prueba antes de volar desde Chile?
-En el aeropuerto de Santiago, absolutamente ninguna. Al llegar a Madrid nos tomaron la temperatura y nos mandaron cubrir un papel con nuestros datos personales y firmar comprometiéndonos a estar los 14 días de cuarentena obligada.
-¿Se puede decir que la suerte esta vez nos les dio la espalda?
-Sinceramente, yo creo que sí, que nosotros tuvimos mucha suerte porque nadie sabía cuales eran los requisitos especiales que cumplía este vuelo y que no cumplieron los anteriores. También por suerte pudimos cambiar la fecha, pero podría haber sido que no. Incluso el consulado nos había ofrecido hace días un vuelo Santiago de Chile-Sao Paulo-Frankfurt-Madrid, pero era para el día 26. Evidentemente, si nos hubieran dicho que el de Iberia no salía, nosotros nos íbamos a ir de cualquier forma porque queríamos volver. Como quien dice, hasta el último segundo no supimos si podríamos regresar o no a España.
-¿Se respetó la distancia de seguridad dentro del avión?
-En el avión es completamente imposible respetar la distancia de seguridad. Bueno, ni en el avión ni tampoco en el momento del embarque, ni en el de pasar los controles del pasaporte donde no entrábamos todos. Lo mejor es que por fin llegamos. Yo ahora estoy bien, aunque muy cansada porque fueron muchas horas de vuelo y, además, hicimos noche en el aeropuerto de Santiago de Chile. Cuando llegamos a Madrid sólo había un tren durante todo el día, así que decidimos contratar como un VTC, una furgoneta grande donde entraron todas las maletas y fue el que nos trajo a todos hasta Galicia.
-¿Cómo ha sido el recibimiento por parte de la familia?
-Te lo puedes imaginar. Mis padres están contentísimos porque han sido muchos meses sin saber si podíamos volver o no a casa. Eso sí, con algo de incertidumbre porque siempre existe la posibilidad y el riesgo de que pueda haber contagio. Los dos están muy felices y celebran que por fin ya esté aquí. Mi madre no se lo creía cuando me vio llegar. Me dijo que tenía unas ganas enormes de abrazarme, pero que le daba mucha rabia no poder hacerlo por el tema de la cuarentena.
-¿Quedan aún españoles en Chile con ganas de regresar?
-Sí, sabemos que hay bastantes más e incluso gente que ni siquiera sabe que existía el grupo organizado con el que volvimos nosotros. Además, hay que tener en cuenta que Iberia está cancelando los vuelos del mes de julio, así que no va a ser fácil poder volver. A mi me gustaría volver a Chile porque me queda la espinita clavada de conocer más del país. Estuve todo el tiempo en Viña del Mar y ni siquiera pude conocer Santiago. Espero en unos años poder volver allá, claro.
