Sentido común. Parece una petición sencilla pero no siempre es la primera máxima que se aplica en los momentos en los que, precisamente, hace más falta. Es la demanda que más repiten a la población aquellos a los que les ha tocado estar en la primera línea de fuego en esta batalla contra el avance del coronavirus que han de librar todos los españoles para poder salir victoriosos y con el menor número de bajas posible. Junto a los equipos sanitarios y de emergencias, también los efectivos de seguridad enarbolan estos días a pie de calle la bandera de la responsabilidad, la solidaridad y la acción ciudadana a favor del bien común. "Pedimos a los ciudadanos que nos ayuden, que piensen en protegerse a ellos mismos y también a nosotros", resume desde la Policía Local de A Estrada su responsable, Aurelio Fernández.

Por las calles de A Estrada cada vez se ve menos gente y lo mismo pasó ayer en la capital dezana, en donde los transeúntes se redujeron con respecto a la jornada anterior y fue un día de normalidad, según la Policía Local. Algo que también ocurrió en la localidad silledense, en donde no se produjo ningún tipo de altercado, aunque sí que hubo alguna que otra llamada de atención a algún "despistado".

Las restricciones contempladas en el decreto del estado de alarma van siendo cada vez más interiorizadas. Sin embargo, la población tiene todavía muchas dudas. Es aquí donde los agentes de A Estrada, Lalín o Silleda están realizando una importante labor didáctica, buscando solventar las dudas de los vecinos sobre muchas cuestiones que se encuentran un tanto difusas en la norma vigente. "La gente llama para consultar cómo interpretar el decreto. Muchos tienen dudas", reconoce Fernández. Esto es algo que también constata el jefe de la Policía Local de Lalín, Jesús López Cuñarro. "La gente nos llama por teléfono para preguntarnos cuestiones cómo si pueden ir a la aldea a llevarle comida a su madre que vive sola o salir a darle de comer a los animales que tienen en otra zona". Y ante esto recalca que "claro que sí se puede ir, pero hay que intentar hacerlo las menos veces posibles, solo lo que sea indispensable", aclara Cuñarro.

Además de despejar algunas de estas incógnitas ciudadanas, los agentes están pidiendo a los vecinos "que apliquen el sentido común, que salgan a la calle lo imprescindible y no a pasear". "No queremos a gente estática en las calles", apunta el mando policial estradense, para añadir que los vecinos han de contemplar en todo momento mantener las normas de distanciamiento e intentar regresar a su domicilio lo antes posible. Cuñarro puntualiza que es la gente mayor la que tiene que ser advertida más veces, porque todavía no es consciente de la gravedad de la situación.

Como muestra, un botón. Aplicar el sentido común en estos momentos es que un padre o una madre acompañen a su hijo al médico o que se haga lo mismo si la persona que acude a consulta es mayor, dependiente o carece de carné de conducir. En el resto de los casos, se ha de viajar o circular en solitario; por ejemplo, si uno se desplaza a dar de comer a animales que tiene en la aldea.

Los agentes no tienen "una excesiva queja" del comportamiento que están manteniendo los habitantes de las comarcas. De momento, no impusieron sanciones. "No se está con las sanciones en la cabeza, queremos informar a la gente, pero no vamos a permitir que no se cumpla", remarca Fernández. Estas multas podrían ir, en función del tipo de incidencia o de aspectos como la reiteración, de 600 a 3.000 euros.

"Hay que ser sensatos. Las cosas que no son urgentes se pueden aplazar", apunta Fernández. "Nos lo tenemos que tomar muy en serio y tomar medidas de distanciamiento y protección. Hay que quedarse en casa", insiste. Para que este mensaje cale, un coche de la Policía Local comenzó a circular en la tarde de ayer con un sistema de megafonía para recordar a los vecinos que han de mantenerse en sus domicilios. El control que tiene previsto este cuerpo es mixto, con agentes a pie por las calles y patrullas en coche.

Además, el estado de alarma posibilita a los policías locales a entrar en establecimientos públicos y privados, caso de los supermercados, a fin de pedir a la población que no se apelotone y que mantenga las distancias entre consumidores y vendedores.