La recuperación del sector del ladrillo se constata en los últimos años con un ligero repunte en la recaudación de los tributos municipales en los concellos de las comarcas y, también, en las cifras de afiliación a la Seguridad Social registradas en este gremio. No obstante, la compraventa de viviendas en la zona rompió, el pasado año, una tendencia favorable iniciada en 2014 y el pasado curso se despidió con los peores datos de los últimos cuatro.
Así lo indican los números divulgados recientemente por el ministerio, que contabilizó un total de 261 transacciones inmobiliarias en los nueve municipios de las comarcas. Son 31 menos que las habidas doce meses antes. En 2016 habían sido 272, trece más al año siguiente y cerca de las 300 en 2018. Al exceso de oferta, sobre todo en municipios de mayor tamaño como Lalín, puede atribuirse esta casuística, aunque la cabecera comarcal dezana continúa siendo la principal locomotora para el sector inmobiliario, pues en este territorio s concentran 97 de los 261 acuerdos de compraventa. Por detrás aparecen A Estrada y Silleda, con 57 y 43 acuerdos de compraventa durante el pasado año y 27 en Cerdedo-Cotobade. A partir de ahí la movimiento del sector tiene una incidencia mucho menor. Durante los doce meses del pasado año en Vila de Cruces se cerraron una quincena de operaciones, tres en Rodeiro, nueve en Agolada y solo dos en Dozón, por ocho en Forcarei.
La venta de vivienda a estrenar sigue siendo residual, una vez que solo hubo una docena de acuerdos de compraventa, es decir, representan el 4,5% del total. Los inmuebles residenciales nuevos se distribuyen en: Lalín (6), Silleda (3), A Estrada (1) y dos en Cerdedo-Cotobade. A tenor de los datos ofrecidos a finales de esta semana por el departamento estatal de Vivienda, son 249 las transacciones cerradas de hogares que ya habían estado ocupados previamente. Otro parámetro que tampoco sufre modificaciones es el referido a la bolsa de viviendas de protección oficial. Por ausencia de oferta o por otros condicionantes, lo cierto es que este mercado se concentra sobre todo en A Estrada, localidad que ha aglutinado 14 de las 22 operaciones. Seis corresponden a Silleda y Lalín y Vila de Cruces se reparten una en cada caso.
Los censos oficiales se distribuyen por trimestres y son los meses estivales los que más concentran el dinamismo en este sector. Entre enero y marzo se formalizaron en las comarcas 61 compraventas, en el segundo trimestre el dato cayó hasta los 52, para recuperarse en el período comprendido entre julio y septiembre hasta un total de 77 transacciones. En el último trimestre fueron 71.
Si echamos la vista atrás y observamos cómo ha sido la evolución de las transacciones inmobiliarias de los últimos diez años podemos concluir que, pese a estar las comarcas afectadas por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, todavía se colocaron en el mercado un total de 3.618 hogares. Entre 2009 y el pasado año fue 2010 el ejercicio con más actividad al concretarse exactamente 571 compraventas. En el otro extremo aparece 2014, cuando fueron 214.
Silleda cerca de A Estrada
Lalín vuelve a capitalizar el dinamismo del sector inmobilario en este período al aglutinar 1.541 del total de las transacciones formalizadas; es decir, el 42,5% de todos lo hogares que se vendieron en diez años en Deza y Tabeirós-Montes. Son más del doble de los 693 hogares colocados en el mercado de A Estrada. Silleda, un municipio mucho menos poblado, marcó unos números cercanos a la capital de Tabeirós, con 630 acuerdos. En Vila de Cruces fueron 207, 119 en Agolada y 65 en Rodeiro, mientras que en Forcarei el censo se quedó en 104. Menos de tres viviendas al año se comercializaron en Dozón, que contabilizó exactamente 27 transacciones en este período.
