Se apellida Iniesta, pero no es Andrés, sino María José, una catalana que lleva más de 10 años viviendo en el poblado minero de Fontao. Tras pasar un par de meses con su hijo en Tenerife, el martes tomó el vuelo de regreso a tierras gallegas.
En la sala de espera de Lavacolla estaba un grupo de vecinos, que momentos después del aterrizaje desplegó una pancarta con la leyenda de Iniesta de mi vida, en relación a la frase que se hizo famosa el exjugador y comentarista deportivo José Antonio Camacho en el Mundial de 2010, una vez que el exjugador del Barça marcó el gol que le daría la primera copa del Mundo a España.
Sobra decir que más de un pasajero de Lavacolla se quedó sorprendido al ver la pancarta, decidiendo incluso quedarse para ver si a quien esperaban era al propio mito del fútbol. Los responsables de tan grata acogida apuntan que decidieron recibir así a "una simpatizante de toda la vida del BNG". De hecho, el nombre de este partido político también figura en un extremo de la pancarta. Y aquí podríamos ver otra similitud entre los dos Iniestas: el jugador, aunque de Albacete, hizo toda su carrera en el Barça (ahora está en Japón), y María José, aunque catalana, lleva ya un buen tiempo en tierras gallegas y con ideales afines a la formación política nacionalista gallega según apuntan sus vecinos.
