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Juan Romero Montouto: "Elegí el trombón porque los que lo enseñaban eran los más fiesteros"

"Todos los conciertos son especiales, pero el de este sábado va a ser muy emotivo"

Romero posa con su trombón, ayer, en el auditorio . // Bernabé/J. Lalín

El próximo sábado será protagonista de excepción en el tercer programa de la temporada de la Banda de Música de Lalín. Juan Romero Montouto celebrará sus bodas de plata en la formación siendo el trombonista solista en la Grande Symphonie funèbre et triomphale de Hector Berlioz, donde estará acompañado por las corales polifónicas de Lalín y Agolada.

-¿Cómo recuerda sus primeros años en la Banda de Lalín?

-Empecé con 11 años y eso que no tenía ninguna intención de estudiar música. Sería más o menos en el año 93 -hablo de memoria- después de llegar el conservatorio y repartir publicidad en los colegios para que los niños se animasen a matricularse. La profesora de música le dio uno de esos folletos a mi hermana, que fue la primera que dijo que quería ir al conservatorio. Mi padre me dijo que por qué no iba yo también, pero yo no tenía intención ninguna de ir.

-¿Y por qué se le dio por elegir un instrumento como el trombón de varas?

-Es que al principio tenía como dos opciones. Se trataba de elegir entre trompa o trombón y los que me enseñaban trombón en aquellos tiempos nos decían que eran más fiesteros que el resto. Y así fue cómo elegí el instrumento.

-El concierto de este sábado será muy especial, ¿no?

-Sí, claro. Después de tantos años con ellos claro que va a ser muy emotivo. Todos los conciertos son especiales porque todos tienen un trabajo detrás, pero es evidente que este sábado me toca tocar algo ahí muy especial, y estás más activo que otras veces, digamos.

-¿Cómo definiría la pieza que va a tocar en el auditorio?

-Por lo que nos explicó el director David Fiuza se trata de una obra que compuso Berlioz por encargo para un funeral. La verdad es que tiene una plantilla muy grande de instrumentos con una docena de trompas y otros tantos trombones y trompetas. Además, también está el papel que juega el coro, claro.

-¿Su colaboración también es algo complicada de ejecutar?

-La sinfonía está dividida en tres partes distintas. Yo tocaré en la segunda y es una especie de oración fúnebre, como un lamento.

-Nada que ver con Ardores...

-Absolutamente nada (risas). Siempre cuento que la charanga empezó después de que un grupo de cuatro amigos estuviéramos en la playa en plena resaca, que es de donde sacamos lo del nombre. Además, en Parada, de donde soy yo, nunca habían tenido una fiesta como en otras partes, nos juntamos varios para celebrarlo y a raíz de aquello empezamos a tomarnos el asunto más en serio. Así llevamos desde 2010. Estamos en muchas fiestas pero hay que compaginarlo con el trabajo, algo que a veces no es nada fácil.

-¿No le parece que el trombón es el típico instrumento que habría que reivindicar algo más y acabar con esa fama de ser algo fácil de tocar por cualquiera?

-La gente está muy equivocada en eso. El trombón es un instrumento complicado de tocar. Evidentemente, cada instrumento tiene sus peculiaridades. En el caso del trombón, las notas surgen de una vara que se divide en siete posiciones a la hora de tocarlo con la dificultad de que no tienes una guía marcada en esa vara o como los pistones de la trompeta que son la referencia. A los chavales les gustan unos instrumentos más que otros, pero en general ahora no se le tiene tanto miedo a la hora de elegir unos u otros. Igual son menos visibles porque por supuesto un saxo o un clarinete son más vistosos que el trombón de varas. Te puedo asegurar de que yo nunca me he arrepentido de elegirlo como instrumento.

-¿Llevan muchos ensayos realizados para el concierto del sábado con la Banda de Lalín?

-Acabamos el Concierto de Fin de Año, descansamos hasta pasar Reyes y, a partir de ahí, ya empezamos a trabajar los repertorios del Cocido. Sí te puedo de decir que éste es de los más complicados que llevamos tocado con Fiuza. Tenemos un director muy trabajador con las cosas muy claras en todos los sentidos. También es un profesional muy exigente en lo suyo porque sabe cómo sacar el máximo partido a la Banda de Lalín. Para mi es un superfichaje, vamos.

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