El estudio del Centro Común de Investigación apunta que España, pese a su diversidad de climas y cultivos, es también uno de los países de la UE con mayor peligro de abandono de tierras, ya que el promedio europeo está solo en el 3%, y el español en el 5. Poco importa que sí se mantengan los cultivos en zonas desfavorecidas por el respaldo de la PAC o en zonas de la Red Natura 2000, si la densidad de población sigue siendo baja o las vías de comunicación con las principales ciudades precisan a veces más de 60 minutos de viaje, como ocurre en varios puntos de Deza. La falta de relevo generacional y de sueldos justos es una traba para que la tierra, como dice el estudio, siga ejerciendo su función social (al servir de suelo para vivienda o instalaciones de ocio), económica) al producir energía y alimentos) o ambiental (por su riqueza hidrobiológica).
