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El día internacional de la colaboración altruista

Los colectivos dezanos detectan un aumento de voluntarios, con edades que van de 16 a 80 años

El perfil mayoritario son mujeres - En Lalín algunos son ciudadanos de otras nacionalidades que quieren agradecer la buena acogida - La residencia de Vila de Cruces elabora un proyecto para encajar el incremento de solicitudes

Encuentro del voluntario de la Cruz Roja, ayer, en las instalaciones de la AED. // Bernabé/Javier Lalín

Como cada 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado y en la comarca dezana aumenta el número de personas que se unen, libre y desinteresadamente, a un grupo para trabajar con fines benéficos o altruistas. Los distintos colectivos cuentan en su día a día con más gente que colabora en las actividades y apoya y ayuda a los usuarios que lo conforman. El rango de edad de estos voluntarios se sitúa entre los 16 y los 80 años y la mayoría son mujeres.

Los distintos colectivos sociales trabajan a diario con usuarios que requieren de toda la atención y por ello, el personal recibe con alegría cualquier ayuda externa. En las residencias de mayores el voluntariado contribuye a ayudar en el día a día y a acompañar a los mayores, que agradecen una simple conversación o una sonrisa. La Residencia Nosa Señora das Dores de Lalín participa en el programa de voluntariado juvenil, que incluye a personas de 16 a 30 años, y más de uno decide continuar en la residencia tras terminarse su etapa a través del programa. Después, están los voluntarios asiduos de distintas edades, tanto hombres como mujeres, y la voluntaria con más años tiene 82. "También hay voluntarios de otros países, que por distintos motivos se vieron obligados a abandonar su territorio y deciden hacer voluntariado porque de alguna manera quieren devolverle a Lalín todo lo que les ha dado", indica una responsable de esta residencia, que apunta que son muchas las personas que colaboran con ellos, porque también lo hacen los integrantes del Coro de la Alegría. Asimismo, cuentan con usuarios de Aspadeza que también contribuyen en las labores del centro.

Por su parte, en la residencia municipal de mayores de Vila de Cruces, tal y como indica su directora, Rocío Carbón, están detectando en los últimos tiempos un incremento de voluntarios, tras decaer años atrás. En estos momentos, cuenta con el alumnado, diez personas, del ciclo de Atención a Personas en Situación de Dependencia, que asiste todos los miércoles por la tarde, pero a raíz del mismo, muestra su deseo de continuar. "Ante estas demandas justo en estos momentos estamos elaborando un proyecto para saber como volver a encajar el voluntariado en el centro porque esto siempre enriquece", apunta Carbón, quien indica que hoy visitarán la residencia los escolares del colegio de O Foxo (A Estrada), que representarán una obra de teatro y elaborarán galletas navideñas.

Además de las residencias, en la comarca existen distintas asociaciones que trabajan por distintas causas. En Silleda, el centro de Cogami de Medelo cuenta con un plan de voluntariado en el que colaboran varias personas, pero de manera asidua lo hacen cuatro mujeres de entre 25 y 40 años. "Para nosotros es muy importante porque nos ayudan en el día a día y también para los usuarios porque se relacionan con ellos y los acompañan en distintas actividades", indica un responsable del centro.

En la capital dezana los voluntarios se reparten entre distintos colectivos. La Asociación de rapaces e amigos con necesidades especiais (Aranes) también presume de voluntarios que acompañan a sus usuarios en las distintas actividades y salidas, pero cuentan con tres que lo hacen de manera habitual, tal y como explica la presidenta, Yolanda Fernández. Los asiduos son una mujer de 50 años, un chico de 25, y una joven de 19 años. En Carabelo el número de voluntarios frecuentes es mayor, ya que supera la veintena. 22 voluntarios, de edades comprendidas entre los 20 y los 70 años, colaboraron con este colectivo impartiendo clases de apoyo, elaborando las meriendas, encargándose de la biblioteca... "Los voluntarios son una gran ayuda y sobrevivimos gracias a ellos", subraya una responsable del colectivo.

O Mencer es otra de estas asociaciones que también hacen que la gente se decida a colaborar por una buena causa. Todos los lunes unas seis personas, de entre 30 y 70 años, colaboran con los repartos habituales, tal y como apunta el tesorero, José Luis Factor. Pero a lo largo del año se suman otros voluntarios en las distintas iniciativas. Sin ir más lejos, hace unos días organizaron una campaña de recogida de alimentos, que formó parte de una iniciativa a nivel europeo, y en la que participaron 90 voluntarios. "Hubo gente de todo, de entre 30 y 80 años", subraya Factor.

Tareas

En los distintos colectivos los voluntarios se encargan de distintas labores como acompañar a los usuarios en sus salidas, por ejemplo a tomar un café, en las excursiones, juegan con ellos a las cartas, realizan talleres en conjunto, así como colaboran en tareas de mantenimiento del centro, pero sobre todo son de gran apoyo para el personal que trabaja en estos sitios y ayudan a ofrecer toda esa atención que requieren estas personas.

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