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Las características del territorio de Deza y Tabeirós-Montes

Las comarcas perdieron en la última década cerca de 2.200 hectáreas de superficie forestal

-Esta circunstancia es común en todos los municipios, si bien los más afectados son los de Lalín y Cerdedo-Cotobade -En el mismo período los 1.373 incendios forestales arrasaron una extensión que supera los 52 kilómetros cuadrados

Un helicóptero interviene en un incendio en una masa boscosa de Vila de Cruces. // Bernabé/Javier Lalín

Los fenómenos sociales de los últimos tiempos, de concentrar la población en torno a las grandes urbes o a villas medianas con más servicios, está provocando el abandono del campo y la recurrente Galicia vaciada es un argumento que mantiene un protagonismo preocupante por el desierto demográfico que asola a la comunidad. Y Deza y Tabeirós-Montes, un territorio eminentemente rural y con unos de los índices de envejecimiento más elevados de la geografía gallega, no es una excepción.

El abandono del campo se dibuja perfectamente si comparamos imágenes aéreas de hace más de medio siglo con otras actuales. Ahí se constata un crecimiento de las masas de bosque, y buena parte de ellas sin las labores propias de saneamiento a las que eran sometidas por la propia actividad del hombre. Pero paradójicamente, la superficie forestal de las comarcas se redujo considerablemente en la última década; en concreto, en 2.189 hectáreas. Así se desprende de los datos que obran en poder de la administración autonómica, referidos a la distribución de las tierras, unos censos que se elaboran anualmente por municipios. La reducción de la superficie forestal es una circunstancia común en los nueve concellos de la zona, pero Lalín y Cerdedo-Cotobade son los más afectados. La cabecera comarcal dezana es uno de los concellos más extensos de la geografía gallega y, de 32.683 hectáreas de superficie, conserva casi la mitad de terreno forestal pese a perder exactamente 530 hectáreas en el período comprendido entre los años 2008 y 2018. Y Cerdedo-Cotobade mantiene 417 hectáreas menos de las 18.008 que tenía entonces.

Trasdeza, con una superficie total de 16.796 hectáreas, cuenta con 7.454 de terreno forestal tras perder 333 en esta década. En Vila de Cruces este tipo de suelo se redujo en 173 hectáreas y mantiene 10.609 dentro del total de 15.496 del municipio. La extensión de Rodeiro es de 15.490 hectáreas, de las que 7.591 son superficie forestal; 262 menos. La reducción en Agolada fue de 138 y está catalogado como espacio forestal 10.078 hectáreas de las 14.785 totales. En Dozón hay 77 hectáreas menos de espacios de bosque, pero todavía alcanza más de la mitad de sus 7.423 hectáreas de extensión del municipio.

A Estrada es uno de los que menos ha visto mermada su superficie forestal. En este período fueron 147 hectáreas y mantiene 18.097 dentro de un ámbito rerritorial de 28.074. Por último, la reducción en Forcarei ha sido de 112 hectáreas y a estas alturas conserva 11.552 de sus 16.839 de extensión. Es decir, casi el 70% del municipio es terreno forestal. Este porcentaje es superior al promedio de las comarcas, que se sitúa en el 61%.

Por otro lado, conviene señalar que las comarcas tampoco son ajenas a la lacra incendiaria. En el mismo período, según datos que maneja la Consellería de Medio Rural, se registraron un total de 1.737 incendios forestales que arrasaron una superficie que se aproxima a las 5.200 hectáreas. Este es el balance de la actividad del Distrito Forestal XVI, que engloba a los concellos de Deza y Tabeirós, con lo que la superficie es mayor puesto que no podemos obviar que el registro estaría incompleto por no computar parte del territorio del fusionado municipio de Cerdedo-Cotobade.

Prados y cultivos

Por otro lado, la superficie dedicada a prados y cultivos aumentó en 529 hectáreas en esos diez años y suma casi 470 kilómetros cuadrados dentro de los 1.690 que abarcan las comarcas.

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