Cada año cerca de un centenar de perros son abandonados a lo largo y ancho del Concello de A Estrada. La cuestión se ha convertido en un problema ante el que es preciso tomar conciencia y sensibilizar a la población. Así lo expuso ayer el alcalde estradense, José López Campos, al recibir en el salón de plenos a un grupo de estudiantes. El munícipe detalló que entre 80 y 90 canes abandonados por sus dueños son recogidos en vías públicas del municipio y conducidos hasta la instalaciones del Centro de Acogida de Animales Abandonados (CAAN) que gestiona la Diputación de Pontevedra.
A Estrada se adhirió en 2012 al convenio marco de colaboración entre la institución provincial y entidades locales pontevedresas con una población inferior a los 50.000 habitantes. Con este acuerdo, el Concello delegó en este servicio sus competencias en la materia, tras reconocerse públicamente en sucesivas ocasiones que el ayuntamiento carece de medios para hacer frente a lar retirada de animales abandonados.
López Campos explicó que el pago que realiza el Concello se vincula directamente al número de habitantes, siendo una cuantía fija que, por tanto, no varía en función del número de animales que aporte cada ayuntamiento a la perrera provincial, situada en Armenteira (Mos). Calculó el dirigente local que este servicio supone para las arcas locales alrededor de 12.000 euros al año.
Una vez recibido el aviso, personal de CAAN se encarga de recoger a los animales, si bien -según se indicó- estos tendrían que ser retenidos a la espera de que estos profesionales lleguen para realizar la recogida.
El elevado abandono de animales en A Estrada motivó en el municipio el nacimiento de asociaciones como Palleiráns, desde la que se indicó hace unos meses que pudo gestionar en un año la adopción de alrededor de 40 perros y unos 50 gatos en el municipio. El colectivo nació para rescatar a animales que se encuentran abandonados y sin el chip obligatorio que identifique a quien no dudó en dejarlos a su suerte. Después de hacerse cargo de ellos, este colectivo trata de buscarles una casa de acogida, deseando que les llegue pronto una adopción. La labor es altruista.
