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La caza menor arranca con menos perdiz por las tormentas y los depredadores

Las aves rapaces diezman las repoblaciones de Lalín -Este Tecor y el de Dozón alertan del furtivismo en la liebre -Silleda y Río Ulla avanzan que las piezas van a ser escasas

Un cazador con sus perros en montes de Vilatuxe en el otoño del año pasado. // Bernabé/Javier Lalín

Desde hoy y hasta el 6 de enero estará abierta la temporada de caza menor. La previsión de una jornada dominical con lluvias (al menos por la tarde) y frío no ayudará en la caza de conejo en esta primera salida. Sus repoblaciones en los tecores de Deza y Tabeirós-Montes han corrido suerte dispar. Enfermedades, la necesidad urgente de limpiar el monte viejo y de realizar quemas controladas con ayuda de la Xunta, amén de los depredadores, son las eternas luchas que tiene esta especie, al igual que la perdiz.

Así, las siembras de conejo sí dieron buenos resultados en algunas zonas del Tecor de Lalín, al igual que en Dozón, que instaló una docena de toberas artificiales en zonas donde apenas quedaban ejemplares y se limitó a a realizar cortes en Pena de Francia y otros puntos donde sí resistieron ejemplares de anteriores años. Agolada también optó por repoblar en zonas donde no quedaban, para evitar así el cruce con conejos ya asentados en áreas con buena densidad y frenar posibles contagios. Peor ha sido la suerte de Rodeiro, donde tras una siembra exitosa los conejos comenzaron a morir en el último mes, sin conocerse bien la causa.

Silleda, cuya nueva directiva e presentó ayer por la noche en una asamblea, ya avanza que hay poca caza menor. La anterior junta sí hizo repoblaciones, pero escasas, debido a que hubo que destinar una partida económica a indemnizar el despido del guarda. No pudo acometerlas el Tecor Río Ulla, de A Estrada, por cuestiones económicas. Es más, Manuel Sanmartín, el presidente del colectivo, indica que en las 17.000 hectáreas de este tecor ni siquiera hay densidad alta de caza mayor, como jabalí. En el vecino de Cerdedo, sí hay esperanzas en cuanto a conejo, tras varias repoblaciones y cortas de maleza que sirven además para frenar incendios.

No ocurre lo mismo con la perdiz, que no logra asentarse en Cerdedo por falta de comederos y siembras. El presidente de su sociedad de caza, Javier Santos, apunta que otro escollo contra el aumento de perdiz son las aves rapaces. "Hemos visto a azores peleándose en el aire", lo que le hace sospechar de una siembra de estas aves, puesto que son animales muy territoriales y una pareja ya no se asienta donde reside otra. Las rapaces han conseguido diezmar la repoblación de perdiz que hizo para esta temporada la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín. "En la primera suelta se llevaron casi todas las parejas", explica Julio Mariño, presidente del colectivo, que recrimina que no pueda hacerse un control de depredadores.

A estos predadores naturales se suma el cambio climático, con los bruscos cambios de temperatura del pasado verano gracias a las tormentas. Impidieron que eclosionasen los huevos de perdiz, y en el mejor de los casos cada pareja pudo sacar adelante a solo dos ó tres perdigones, como apunta José Rodríguez, desde la Sociedade de Caza de Dozón. Este cazador se muestra en contra de soltar ejemplares en las semanas previas al inicio de la temporada, ya que el animal no tiene el tiempo suficiente para localizar ni su comida ni refugios.

La perdiz, sin embargo, sí parece haber reforzado su población en los montes de Rodeiro así como en Cruces, donde se sembraron 100 ejemplares, así como otros 50 de faisán. Esta última especie sí se está aclimatando bastante bien en los terrenos del Tecor Farelo, en Agolada.

Conejo y perdiz deben sobrevivir a depredadores naturales, pero la liebre además tiene que hacer frente al furtivismo, del que dejan constancia los presidentes de los colectivos de Lalín y Dozón. "Están esquilmando la población de liebre y, en general, del resto de la caza menor. Nosotros pedimos que intervenga la administración o servicios de protección, porque en nuestro caso, es imposible que el guarda pueda tener totalmente controladas las 35.000 hectáreas del tecor", recalca Mariño.

Por lo que concierne al zorro, hay menos ejemplares que otros años en Lalín (donde además algunos tienen sarna) así como en Dozón. El zorro también ha perdido peso en Rodeiro, pero no en el Tecor Farelo, donde además de una población considerable sus ejemplares están bien alimentados.

En cuanto a la arcea, otra de las especies que podrá abatirse durante esta temporada, no llegará al norte pontevedrés hasta la primera luna llena de noviembre, en torno al día 12. Su densidad aquí será mayor si en Centroeuropa hace el suficiente frío o nieva tanto que no puede alimentarse de las larvas escondidas en el suelo.

En cuanto a la caza mayor, ayer remató la temporada de corzo, que permitió cazar machos adultos desde el pasado 24 de agosto. En abril volverá a permitirse su caza, pero solo con recechos o esperas. En Dozón, la población de esta especie se desplomó hasta un 60% debido a la miasis, mientras que en Cerdedo va en aumento. "Las hembras tienen ahora dos crías y su único depredador natural, el lobo, no se acerca a las zonas bajas donde vive el corzo. Opta por alimentarse de terneros y potros", explica Javier Santos. En Dozón ocurre lo contrario: el lobo se decanta por el corzo e ignora las el ganado, de momento. Las dos manadas que están asentadas en este pequeño municipio son las que mantienen a raya la densidad de jabalí.

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