El pedrisco del 4 de julio provocó una avalancha, pero de potenciales clientes, en las compañías aseguradoras durante las jornadas posteriores a la tormenta de granizo. Su principal preocupación era contratar una póliza que incluyese daños por fenómenos meteorológicos, una cuestión aún reciente a la hora de asegurar un coche, como en su momento lo fue la cobertura por daños de fauna salvaje.

A día de hoy, dos meses después, aún continúa el interés de varios clientes por incorporar esta prestación en su póliza. Es una cobertura que no suele encarecer el precio final del seguro y que se hace muy necesaria, en vista de que el clima está volviéndose impredecible. "Cada vez hay más siniestros de este tipo", indican desde una de las oficinas de la compañía Mapfre en Lalín. Basta con tirar de hemeroteca y ver que desde comienzos del verano no solo se produjo la granizada en Lalín. Solo cuatro días después del pedrisco, el 8 de julio, una riada en la comarca ourensana de Valdeorras se llevó consigo turismos, tractores y remolques.

Los daños del granizo, a diferencia de otros fenómenos, pueden cubrirse a través de una póliza de seguros. Hay otros incidentes, como terremotos, maremotos, inundaciones extraordinarias o volcanes, que se consideran fenómenos extraordinarios y que competen al Consorcio de Compensación de Seguros, del Ministerio de Economía y Competitividad.