Desde la organización del programa de Vacaciones en Paz aseguran que las revisiones sanitarias son una parte fundamental de esta iniciativa. Las familias de acogida se comprometen a que durante los veranos que pasen en Deza, los niños acudirán al médico: " Además del intercambio cultural, reciben una ayuda sanitaria llevándolo al médico y realizándoles otro tipo de control más a fondo como analíticas de sangre o de orina, que no les realizan en el campamento", concluye Meri Montoto. Además, acuden al oculista, dentista o al oftalmólogo. Una manera de asegurarse de que los menores están sanos y al mismo tiempo poder descubrir si tienen algún tipo de enfermedad y otorgarles el medicamento adecuado, que con gran probabilidad en su campamento no podrán recibir. También reciben las vacunas correspondientes a sus edades, que configuran en sus cartillas de medicinas.