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Transacciones inmobiliarias

La compraventa de viviendas vuelve a bajar en el comienzo de año más flojo desde 2016

El primer trimestre concluye con sesenta operaciones, cinco menos que el del año pasado - Lalín se mantiene como el mercado más dinámico y Silleda adelanta a A Estrada - Tan solo cuatro de los inmuebles eran nuevos

El mercado inmobiliario vuelve a estancarse en Deza y Tabeirós-Terra de Montes en lo que a viviendas se refiere. Así lo reflejan los últimos datos del Ministerio de Fomento, correspondientes al primer trimestre del presente año, que se cerró con sesenta operaciones de compraventa entre ambas comarcas. Son cinco menos que en el mismo período del año pasado y para encontrar un trimestre con una cifra menor hay que remontarse al año 2016, cuando se habían materializado 58 transacciones entre julio y septiembre y 52 de enero a marzo.

El mercado inmobiliario más dinámico corresponde a Lalín, que ostenta más de un tercio de todas las operaciones registradas en las comarcas entre enero y marzo. En concreto, fueron 24 los inmuebles residenciales que cambiaron de manos en este municipio, que lleva años liderando las compraventas en la zona, si bien en algún trimestre cede el testigo a la otra cabecera comarcal, A Estrada, o incluso a Silleda, con menos de la mitad de su población. En concreto, hubo once transacciones en Trasdeza y diez en la capital de Tabeirós. Las demás se reparten entre Cerdedo-Cotobade, con seis; Vila de Cruces, con cuatro; Agolada, con tres; y Forcarei, con dos. Como ya había sucedido hace un año, Rodeiro y Dozón no registran movimientos.

El mercado de segunda mano sostiene el negocio del sector, pues cuatro de las sesenta transacciones firmadas entre enero y marzo corresponden a viviendas nuevas. En concreto, son dos casos en Lalín -y eso que destaca por su stock de vivienda nueva-, uno en Silleda y otro en Cerdedo-Cotobade. Las 56 operaciones restantes, es decir, más del 93%, se refieren a pisos o casas que ya habían sido estrenadas. De hecho, representan la totalidad de los contratos habidos en A Estrada, Vila de Cruces, Agolada y Forcarei. Pero este dominio casi absoluto de las viviendas de segunda mano no es una característica del mercado de Deza y Tabeirós, sino extensible a otros lugares. Sin ir más lejos, en el área de Pontevedra apenas un 6% de las 314 operaciones del primer trimestre implicaron pisos o casas nuevas.

Otra característica del mercado posterior a la crisis del ladrillo es la caída de la vivienda protegida. Por paradójico que parezca, las administraciones públicas han dejado prácticamente sin este tipo de ayudas a los ciudadanos que afrontan la compra de un inmueble residencial. Si ya antes las viviendas con protección no suponían un porcentaje muy significativo del total, en los últimos ejercicios se ha convertido en residual. En concreto, fue del 10% en el primer trimestre de este año, pues tan solo seis de los inmuebles que cambiaron de manos gozaban de algún beneficio oficial de esta índole. Los casos se distribuyen a partes iguales entre A Estrada y Silleda, municipios que, tradicionalmente, han liderado la oferta de vivienda protegida en la zona y que son los únicos que la mantienen viva. En Lalín hay que remontarse al inicio de 2015 para hallar el último caso y en Rodeiro hubo otro a fines de 2017.

Los datos del segundo trimestre, que Fomento dará a conocer después del verano, permitirán determinar si el sector mantiene la tendencia a la baja apuntada entre enero y marzo o si vuelve a la senda de la tímida recuperación constatada durante los cuatro últimos ejercicios. El suelo son las 202 operaciones registradas a lo largo de todo 2014; a partir de entonces, fueron creciendo hasta las 292 cerradas en 2018. Eso sí, muy lejos quedan las más de 700 transacciones alcanzadas allá por 2007, en pleno auge de la burbuja inmobiliaria.

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