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La sangría demográfica

Los tres municipios de la provincia que más vecinos perdieron en dos décadas son dezanos

Dozón cedió más de la mitad de su población, Agolada casi el 47% y Rodeiro, el 43 -El censo en las comarcas cayó en 13.130 personas y todos los ayuntamientos, excepto Lalín, han visto recortado su número de residentes

Núcleo urbano de O Castro, en Dozón, donde residen 208 personas. // Bernabé/Javier Lalín

La concentración de la población en la franja atlántica y, en menor medida en la cantábrica gallega, produce un efecto de despoblación de los territorios del interior de la comunidad autónoma que por el momento las administraciones públicas no han sido capaces de atajar. La provincia de Pontevedra no es solo una excepción, sino que su norte geográfico ejemplifica un caso de sangría demográfica cuyas consecuencias parecen constatables ya a medio plazo: los municipios más pequeños se quedan sin gente.

El envejecimiento de la población, los fenómenos migratorios, tanto interiores como los jóvenes que se van al extranjero en búsqueda de una oportunidad laboral, o la falta de servicios son las razones para entender que Deza y Tabeirós-Montes no se escapa de un problema que pone en riesgo la continuidad de algunas administraciones territoriales con un mínimo de masa social. En los últimos 20 años las comarcas perdieron 13.130 vecinos, que son el 15% del total de los inscritos en los padrones municipales en 1998. La caída poblacional es una constante en la práctica totalidad de los concellos de la zona y solo Lalín -en unos niveles casi insignificantes- ha sido capaz de ganar vecinos en estas dos décadas. Los casos más llamativos de pérdida de población se dan en los tres ayuntamientos dezanos más pequeños, los más afectados por la pérdida de residentes en términos porcentuales, pero no solo en esta zona, sino también en el conjunto de los 61 municipios pontevedreses. Ningún concello de la provincia vio, en las últimas dos décadas, como perdía tantos habitantes como Dozón, Agolada y Rodeiro. En el primer caso la caída poblacional supera el 51%; es decir, Dozón pasó de 2.279 vecinos a los 1.110 certificados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero del pasado ejercicio. A modo de anécdota, la parroquia lalinense de Donramiro cuenta con 1.013 residentes; casi los mismos que habitan en las ocho de Dozón.

Pero Agolada y Rodeiro tampoco están muy lejos de estos números. Así, el territorio agoladés -con 24 parroquias- cedió en dos décadas el 46,8% de su censo, pasando de 4.457 a 2.370 residentes. El recorte demográfico en la capital de Camba fue del 43,6 por ciento, manteniendo ahora un censo de 2.509 vecinos, cuando entonces ascendía a 4.455. En consecuencia, estos tres ayuntamientos han visto como en veinte años su población cayó, en total, en más de 5.200 personas. Los municipios de O Covelo y Arbo son, en la provincia, los que completan el ranking de los que más vecinos perdieron, con porcentajes del 42 y el 40% respectivamente.

Por el contrario, Salceda de Caselas (+52%), Soutomaior (39,4) , Gondomar( 27) y Ponteareas (33) son los que más residentes ganaron en este período. Es más, la villa de O Condado-A Paradanta no estaba hace 20 años dentro de los concellos de primera categoría, con algo más de 17.000 empadronados, y ahora se aproxima a los 23.000.

Como señalamos antes, la regresión poblacional es común en todos los concellos de las comarcas, a excepción de Lalín, que pasó de 20.090 a 20.103 residentes. Esta administración municipal, junto con otras como Silleda, puso en marcha en los últimos años campañas de empadronamiento que, por el momento, al menos a la cabecera comarcal dezana, le han servido para mantenerse dentro de la veintena de los concellos gallegos de primera categoría.

Trasdeza, sin embargo, tenía veinte años atrás 641 habitantes más que los 8.698 de su último registro oficial. El padrón de Vila de Cruces se recortó un 28%, pasando de 7.370 a 5.273 ciudadanos. A Estrada, que entonces estaba claramente por encima de los 20.000 vecinos -en concreto 22.369- empezó a caer en picado en los últimos años y, pese a que se mantiene como el concello más poblado de las comarcas, con 20.661 habitantes, su situación comienza a ser, como en Lalín, preocupante.

Forcarei muestra una gráfica semejante a la capital cruceña al ceder casi el 32% de sus residentes y mantener 3.451 de los algo más de 5.000. Cerdedo sumaba 2.684 vecinos y Cotobade otros 5.012 y ahora, ya como concello único, tienen 5.815.

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