La AP-53 sí funciona como alternativa real a la N-525 entre Dozón y Lalín, de modo que la vía nacional se ha quedado casi sin tráfico. Fomento constata una media diaria en Dozón de 541 vehículos el año pasado, lo que supone un descenso del 0,6%. El verano fue el mes más propicio, llegando a rozar los 600 vehículos en julio y septiembre y superándolos en agosto (654), mientras que enero (453) y febrero (471) fueron los más flojos. El tráfico pesado promedia 46 vehículos por día, los mismos que en 2017 y sin apenas variación mensual.
Entre Lalín y Chapa, la N-525 absorbe el tráfico de otra arteria de titularidad estatal, la N-640 (Vegadeo-Vilagarcía). Esta circunstancia, unida al mayor movimiento entre Lalín y Silleda explica que el tránsito merme mucho en el resto de su trazado. Además, durante 2018, la estación de Lamela marcó un descenso del 6,8%, de modo que la circulación cayó por debajo de los 5.000 vehículos diarios (4.978), si bien hay enormes variaciones mensuales, desde los poco más de 3.000 automóviles de febrero, mayo o septiembre hasta los 6.126 de julio. Aquí bajó más el tráfico pesado, un 13,5%, quedando su media en 539, también con grandes oscilaciones entre mayo (380) y julio, octubre y noviembre, con unos 650.
