Bromeaba con que tenía tres apellidos: García, Saborido y Sacristán. Como a todos, los dos primeros le vinieron dados. El tercero, se lo ganó a pulso. No en vano ejerció como sacristán en la parroquia de San Paio durante más de medio siglo. A Estrada dijo adiós ayer a Luis García Saborido, a "Luis o sancristán", como muchos lo conocían y lo recordarán por siempre.

Luis era una de esas personas a las que gusta escuchar. Cuando el colectivo vecinal Virxe Peregrina emprendió una recogida de firmas para que se le dedicase la Rúa 24 por el trabajo realizado durante 51 años, él mismo rememoró que comenzó a ejercer como sacristán cuando solo tenía 15 años. Desde su Abades natal, llegó al municipio estradense para trabajar en el taller de mecánico de su tío, localizado en la que hoy día es la Praza de Galicia. Un buen día el párroco Nicolás Varela le pidió que le ayudase durante la celebración de la misa, después de que hubiese fallecido el sacristán. "Me cogió del brazo y me llevó al altar. Así empecé", relató a FARO García Saborido.

Su labor llegó a ser reconocida por el propio Papa y le deparó recuerdos buenos y otros no tanto. En su día reconoció que sufría al ver el dolor de la gente en los entierros. Explicó que, durante los primeros años, acudía a la iglesia por la mañana y compatibilizaba después estas funciones con otros trabajos. Tenía carné de soldador y trabajó en la desaparecida carrocera Igrovi, trabajando también como repartidor de correo bancario. Junto a su esposa Nélida Expósito llegó a fundar su propio negocio, abriendo en los años 50 una taberna en la esquina de la calle que, décadas después, se pidió bautizar con su propio nombre. Llamaron a su negocio Los Cuatro Caminos, en referencia a los cuatro viales que se cruzaban en el lugar que esta pareja escogió para construir su propio hogar.

La capilla ardiente de Luis García Saborido, que falleció a los 93 años de edad, se instaló ayer en el tanatorio San Pelayo. El cortejo fúnebre partirá de allí esta tarde a las 16.30 horas para la celebración del funeral, a las 17.00, en la iglesia de A Estrada.

Virxe Peregrina pretendió con su recogida de firmas, impulsada en 2014, que se reconociese la disponibilidad y colaboración que siempre brindó Luis García Saborido a la parroquia de San Paio. A ella le dedicó más de medio siglo de vida. Sin embargo, el camino hacia una calle no es sencillo de recorrer. Luis realizó este trayecto miles de veces. Quizás algún día la señales se sumen al recuerdo que le reservarán muchos estradenses.