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Tendrá finalmente ocho aerogeneradores, cuatro de ellos en Quireza

Endesa prevé iniciar en el segundo trimestre de 2019 las obras del parque eólico Pico Touriñán

Se construirá en nueve meses, con la previsión de activarlo a inicios de 2020 - Afecta a 114 propietarios, con los que ya negocia la promotora - En fase de obras generará 180 empleos - Explotará la energía del viento 30 años

Vista aérea de una instalación de energía eólica en la zona. // Bernabé

La división de energías renovables de Endesa, Enel Green Power aguarda iniciar las obras del parque eólico Pico Touriñán, proyectado en los concellos de A Estrada, Cerdedo-Cotobade y Campo Lameiro, en el segundo trimestre de 2019, de manera que la instalación comience a funcionar en 2020. Las previsiones las facilitó ayer el responsable de desarrollo de energías renovables de Endesa para el noroeste peninsular, Manuel Gago Rodríguez, quien avanzó que el parque supondrá una inversión de 26 millones de euros y que afectará a 114 propietarios. Desde la compañía se puso el acento en su convencimiento de que el aprovechamiento de la energía eólica en esta zona no afectará a la tradición de la Rapa das Bestas ni a la cabaña de O Santo que la perpetúa, mostrando su disposición a atender "las demandas constructivas" que plantea la asociación Rapa das Bestas "en consenso con los propietarios".

Manuel Gago trasladó que Endesa lleva trabajando en el proyecto de este parque eólico más de 11 años. Incidió en las garantías que confiere una tramitación tan larga y recalcó que, de hecho, la firma apostó inicialmente por una infraestructura con diez aerogeneradores de 3 Megavatios y finalmente logró -por ciertas reservas en materia arqueológica- autorización de la Xunta para la instalación de ocho.

Como queda avanzado, el objetivo de la firma promotora es desarrollar el parque Pico Touriñán el año que viene. En este sentido, indican que la parte administrativa encara la recta final, faltando ahora que se declare la utilidad pública y se den los pasos para proceder a solicitar la licencia de obra. "Desde el punto de vista administrativo está muy maduro", indicó Gago Rodríguez.

De la extensión que ocupará el parque eólico, una buena parte de los terrenos pertenece a la comunidad de montes de Quireza (Cerdedo-Cotobade). Calculan que la instalación se liga en un 50% a estos terrenos, en los que se proyectan cuatro de los ochos aerogeneradores. El plazo de ejecución de las obras para construir la instalación sería de nueve meses. Las estimaciones de Endesa pasan por que los trabajos arranquen de cara a los meses de marzo o abril de 2019, de manera que la actuación pueda quedar completada en el mismo ejercicio para entrar en funcionamiento en 2020.

En estos momentos Enel Green Power se encuentra ya en fase de negociación con los propietarios, una labor que encuentra su antesala en los trabajos de averiguación de la propiedad desarrollados ya entre 2007 y 2008. Los cálculos trasladados ayer apuntan a que "en tres o cuatro meses" la empresa pueda alcanzar "un alto porcentaje de acuerdos". En este sentido, Manuel Gago explicó que la compañía ofrecerá a los propietarios del terreno un amplio abanico de posibilidades, de manera que estos decidirán si prefieren la fórmula del alquiler o que la compañía compre sus propiedades. El responsable de desarrollo de renovables de Endesa reconoció que la mayor parte de los propietarios suele optar por el alquiler a precio fijo y revisable con el IPC. Avanzó también que la firma está ofertando en estos momentos alrededor del 3% de la facturación bruta del parque eólico, lo que viene significando entre 4.000 y 4.500 euros por Megavatio, cifra a la que habría que aplicar la corrección en función de la ratio por metro cuadrado.

Inversión y empleo

Desde la compañía se indicó ayer que la inversión programada para la construcción del eólico Pico Touriññan se sitúa en torno a los 26 millones de euros. En cuanto a los empleos previstos, calculan que en la fase de construcción pueda generar trabajo para 180 personas, si bien la cifra se reduciría en la fase de operación y mantenimiento a tres puestos de trabajo directos y cuatro indirectos.

El proyecto incluye la construcción de una subestación transformadora con un edificio de control anexo, que se localizará en Quireza y se encargará de albergar las salas de celdas eléctricas y de control, un almacén y pequeño taller. El centro estaría a su vez conectado a la central en Madrid, con control 24 horas del día.

La evacuación de la energía producida en el parque se efectuaría mediante una línea eléctrica aérea de unos 15,4 kilómetros de longitud, que evacuará a la red principal a través de la subestación de Tibo (Caldas de Reis). La obra civil ligada a esta instalación comportaría la apertura de unos 4.430 metros de viales de acceso y servicio a las instalaciones, así como el acondicionamiento, para este mismo fin, de otros 333 metros de pistas y caminos ya existentes.

En cuanto a la vida útil de este proyecto de aprovechamiento de la energía eólica, la firma promotora se marca un horizonte a 30 años. Manuel Gago reconoció que una de las cuestiones que preocupa a muchos propietarios es qué sucederá cuando las instalaciones dejen de funcionar. "Se dejaría el monte prácticamente como estaba", apuntó. Reconoció que en su momento se planteará únicamente si se retira o no la red de viales. La permanencia de estas vías, de interesar en la zona, tendría que ser autorizada por la Xunta.

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