El abandono de animales es un problema de difícil solución al que han de enfrentarse los ayuntamientos. El alcalde de A Estrada, José López Campos, reconoció que a su llegada a la Alcaldía esta era una de las principales causas de llamadas ciudadanas al concello. Aunque, desafortunadamente, la conducta de las personas que dejan a su suerte en la vía pública a sus animales de compañía no ha cambiado, la forma que tiene el ayuntamiento de gestionarlo y afrontarlo ha mudado significativamente al contar con los servicios del Centro de Protección e Acollida de Animais (CAAN). Hasta estas instalaciones provinciales localizadas en Meis fueron conducidos en los cinco últimos años un total de 426 perros abandonados encontrados en el territorio estradense.

López dijo que él mismo fue uno de los impulsores de la puesta en funcionamiento de esta perrera provincial. "Estamos llevando una media de 70 perros al año", apuntó el munícipe. Los datos concretos que aportó seguidamente subieron la media por encima de los 80 ejemplares retirados de vías públicas estradenses. Y es que en el año 2014 A Estrada alertó a este servicio provincial para retirar 114 perros; en 2015 fueron 81; en 2016 se abandonaron 83 perros en el municipio; en 2017 otros 81 y en lo que va de 2018 se contabilizó ya la retirada de 67.

"Estamos muy satisfechos con el funcionamiento porque a los concellos nos libró de una responsabilidad importantísima", manifestó José López. Indicó que el servicio supone a las arcas municipales un desembolso de entre 8.000 y 10.000 euros al año, un coste que el gobierno asume de buen grado al verse liberado de las dificultades que antes se arrastraban para gestionar el importante volumen de perros abandonados en el término municipal.

Protocolo

Cada vez que algún vecino localiza a un perro sin dueño vagando por una vía pública local, se activa un protocolo que arranca con el aviso a los servicios municipales de Emerxencias. A partir de ahí se contacta con el CAAN, cuyo personal se desplaza hasta A Estrada. En primer lugar se comprueba si el perro en cuestión tiene microchip que permita llegar hasta su dueño. Si es así, se lo localizará y se le pedirá que acuda a buscar al animal. Si este carece del citado elemento de identificación, se lleva hasta las dependencias de la perrera provincial.

"Desde A Estrada impulsamos mucho este tema porque nos estaba generando un problema importante", reconoció López, que lamentó que "últimamente los concellos se están convirtiendo en el cajón de sastre" en materia competencial.

En este caso, como se recoge en el propio portal del centro de acogida de animales, para dar solución a esta problemática la Diputación aprobó en 2012 un convenio marco de colaboración con entidades locales de la provincia con una población inferior a los 50.000 habitantes, contemplando una delegación del ejercicio de las competencias municipales en esta materia en favor de la institución provincial.