El responsable del área de Desenvolvemento Rural de Unións Agrarias, Jacobo Feijoo, participó ayer en la reunión del Plan de Acción Global para a Xestión do Xabaril, que convocó la nueva directora general de Patrimonio Natural, Belén Docampo. En el encuentro también participaron representantes de carreteras de la Xunta y del Estado, así como efectivos del Seprona, de la Guarida Civil de Tráfico y miembros de las federaciones de caza.

Unións propuso la puesta en marcha de un plan piloto de control de daños, y escoge la comarca de Deza para su ejecución, "por la especial problemática que concurre en ella, debido a la alta actividad agraria y, por tanto, también alta incidencia de daños". De hecho, la organización agraria cifraba en entre tres y cinco millones de euros las pérdidas que causó esta fauna salvaje en los cultivos de Deza y Tabeirós durante el presente año. Para buscar respaldos de cara a la activación de dicho plan piloto, Unións contactará en las próximas semanas con las cooperativas y los Tecores de caza, para ir concretando la propuesta técnica.

El sindicato también cree que es necesario reformar la Lei de Caza, a fin de permitir una mayor eficacia en las esperas, para además eliminar los vedados de jabalí y obligar a los Tecores y sociedades cinegéticas a presentar un plan de prevención de datos anuales. En éste han de figurar las zonas de cultivo de cada Tecor, la época de riesgo de ataques del jabalí y las actividades programadas para evitarlos con acciones preventivas y medidas paliativas. Además, el sindicato pide que se recupere la convocatoria de ayudas para la prevención y el pago de daños, que lleva sin formalizase desde el año 2009, salvo el paréntesis de la convocatoria extraordinaria de 2016.

La reunión que ayer convocó la Xunta nace de la preocupación de Unións Agrarias por los progresivos destrozos de esta fauna salvaje en los campos de cultivo. Pero la proliferación del jabalí también supone un peligro en la seguridad vial, puesto que en lo que va de año se atropellaron 1.180 animales en las carreteras de la comunidad gallega. El número es muy elevado, a pesar de que en lo que va de campaña se autorizaron 20.000 batidas, con 16.180 ejemplares muertos. Sin embargo, el cambio climático permite que las hembras críen hasta dos veces al año. El avance del monte viejo (sin desbrozar) permite además el asentamiento de una especie que huye de las zonas quemadas y que, además, es un gran depredador de especies de caza menor.