Ante la proliferación de caballos salvajes que entran reiteradamente en fincas particulares de labradío en diversos puntos del municipio y las quejas del sector primario local, el Concello de Forcarei puso en marcha el pasado mes de marzo un novedoso servicio de retirada de reses salvajes que causen daños a cultivos. Seis meses después de la contratación del servicio, desde el gobierno forcaricense valoraron positivamente esta iniciativa, que dejó casi una treintena de caballos capturados. La mayor parte de ellos fueron subastados y todos tuvieron comprador. Según explicaron, los precios oscilaron entre los sesenta y los ochenta euros.
Este servicio fue contratado con una partida municipal en la que se reservaron 7.000 euros. La concesión se realizó a dos vecinos de la zona, con un vehículo adaptado para recoger estos animales. De esta manera, cualquier vecino que tenga problemas con caballos salvajes se puede poner en contacto con el Concello y estas personas acuden al lugar para hacerse cargo de las reses. La contratación tiene un precio sin determinar, ya que estas personas encargadas de realizarlo cobra por servicio realizado. A lo largo de estos primeros seis meses han tenido sin embargo mucho trabajo, teniendo que acudir, en muchos casos repetidamente, a puntos en donde la presencia de caballos salvajes es habitual.
Según explicó el teniente alcalde forcaricense, Ricardo Villaverde, habían detectado cuando visitaban las aldeas para conocer las necesidades de los vecinos que en muchos casos su principal problema y queja venía de los caballos salvajes, que llegaban a poner en peligro los intereses y la viabilidad económica de las explotaciones agroganaderas forcaricenses, víctimas de los desperfectos que ocasionabna de anera repetida. Los principales problemas se registraban en dos puntos. Por un lado el linde con A Estrada y Cerdedo, en puntos como Castrelo, Leboso, Cabanelas, A Graña, O Salgueiro o Chamosa. El otro foco de atención estaba en el linde con Beariz, especialmente en puntos de Presqueiras, Lamas o San Marcos.
Estas quejas vecinales fueron las que llevaron a la puesta en marcha de este servicio, que en solo un mes ya había recogido trece caballos. Los cinco primeros se capturaron en la zona de Rabadeiras, la misma zona en la que se encontraron los siguientes ocho. En los siguientes meses se sucedieron las capturas, principalmente en manadas, hasta rondar las treinta reses salvajes apresadas, según las estimaciones realizadas por el teniente alcalde forcaricense.
Una vez capturados, los equinos eran analizados para ver si tenían el microchip que identificase a su propietario. Villaverde explicó que solo uno de todos los caballos estaba debidamente identificado. En este caso fue devuelto a su dueño tras pagar los gastos de recogida y retención. Los no identificados salieron a la venta en un total de cuatro subastas públicas. Todos los caballos tuvieron comprador. En caso de no haberlo, la Xunta de Galicia se haría cargo de ellos.
Este servicio de recogida de reses salvajes ha tenido sin embargo su punto de tensión con la parroquia estradense de Sabucedo y su Cabaña do Santo. Algunos de los caballos que asaltan los cultivos de Forcarei en la zona limítrofe con A Estrada pertenecen a la camada de Sabucedo. Esto hizo que en ocasiones se les avisase para que pasasen a recogerlos, haciéndose cargo también de los costes. Villaverde explicó que no tienen nada en contra de la Rapa das Bestas, sino todo lo contrario. Consideran sin embargo necesario que los caballos estén controlados, apostando en este sentido por el vallado de la zona. El teniente alcalde explicó que mantuvieron una reunión con la asociación y que le consta que están trabajando para impedir la bajada de caballos hacia las aldeas.
