Xosé Ramón fue edil del BNG de Agolada durante 14 años, y en julio de 2009 renunció a su escaso como edil. Ahora, y tras las presiones de numerosos vecinos tanto de su parroquia natal de Brocos como de otras zonas aledañas, está meditando su regreso a la arena política. Reconoce que estaría dispuesto "a hacer algo fuerte para cambiar las cosas, cogiendo a todas las personas de izquierda".

Y es que, a decir verdad la oposición política a la mayoría del popular Ramiro Varela (tiene 8 ediles de 11 desde hace dos mandatos) ha ido diluyéndose en la última década. El BNG perdió su escaño en 2011 y, tras la decisión del PSOE de no presentarse a los comicios de 2015, los tres ediles de Veciños por Agolada han pasado al grupo de no adscritos para, en los últimos meses, confirmar que han fichado por Compromiso por Galicia.

Con los tres concejales ha mantenido contactos Xosé Ramón Blanco, y también con históricos del PSOE agoladés, como José Rivas, quien descarta recuperar su faceta política. Fuera de este posible frente de izquierda queda, por voluntad propia, el Partido Anticorrupción y Justicia, con Luis Calvo al frente.

Blanco tiene en sus manos la misión de coordinar un frente de izquierda contra Varela, pero aún no está decidido si él liderará esa lista, que o bien puede ir bajo unas siglas de un partido (él se dio de baja del BNG en 2012), o bajo una agrupación de electores.

Entre los motivos para volver a hacer política en Agolada, sea o no en la primera línea, Blanco esgrime la paralización de varias parcelarias prácticamente desde 2009 y después de que el gobierno bipartito de la Xunta invirtiese 300.000 euros en estudios topográficos que, por cierto, caducan el año que viene. Pero también incide en la nula actividad del gobierno a la hora de arreglar tanto las pistas del rural como los socavones del casco urbano y de los núcleos de las parroquias. Critica, en cambio, que se usasen 166.000 euros en asfaltar 200 metros de una pista en Agra para jutificar una ayuda del Plan Provincial 2017.