En cuando a los plazos, desde la consellería reconocen que una obra promovida, dirigida y ejecutada por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural "tiene, por propia naturaleza, más facilidad para agilizar los trámites" que en el caso de un actuación fomentada por otra administración. En todo caso, indican que los técnicos "intentan tramitar los informes lo más rápido posible, con rigor y ateniéndose a la legalidad vigente". "Lo que no se entiende es que, desde el requerimiento de control arqueológico al Concello -en junio de 2017-, se puedan tardar catorce meses en presentarlo", critica Cultura.