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Dezanos sobresalientes (LXII)

Pedro Martul Rey, profesor y escritor

Nacido en Santa Baia de Camba en 1909, este catedrático de Lengua y Literatura Españolas fue conferenciante, publicista y sociólogo y tuvo una destacada actividad en el exilio mexicano

Pedro Martul Rey en 1939.

Pedro Martul Rey, catedrático de Lengua y Literatura Españolas, escritor, conferenciante, publicista y sociólogo, nació en Santa Baia de Camba, parroquia de Rodeiro, el 3 de julio de 1909 y murió en Santiago de Compostela el 18 de mayo de 1982.

Aprendió las primeras letras en la escuela de su aldea natal y según escribe en uno de sus artículos: "El 16 de agosto de 1920 llegó un niño aldeano a Villagarcía de Arosa e ingresó como interno en el Colegio León XIII. Yo era el niño, hasta entonces no había hablado con niños señoritos, estos hablaban castellano, yo casi no sabía hacerlo, estaba cursimente impresionado por la diferencia de nuestros idiomas. Los trataba con respeto, casi no me atrevía a llamarlos de tú". Estudió en la Universidad de Santiago de Compostela (Doctor en Filosofía y Letras y Licenciado en Derecho) y en la Universidad de Méjico (Doctor en Ciencias Económicas y Sociales). En la compostelana conoció a la que sería su mujer, María de los Ángeles Tobío Fernández, con la que se casó en 1931, licenciada en Filosofía y Letras y bibliotecaria; era hija de Luis Tobío Campos, poeta y etnógrafo, primo por parte de padre de Rosalía de Castro, fue profesor de la Escuela de Magisterio y correspondiente provincial de la Real Academia Gallega.

El matrimonio marchó a Madrid, y ambos trabajaron durante un tiempo en el Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Científicas, creado en 1910, dirigido por Ramón Menéndez Pidal; su mujer, como bibliotecaria, opositó al Cuerpo de Auxiliares de Archivos, Bibliotecas y Museos, y él era miembro del departamento de Arte y tenía por compañeros, entre otros, a los que fueron grandes expertos en Historia del Arte: Elías Tormo, Enrique Lafuente Ferrari, Francisco J. Sánchez Cantón, Antonio García Bellido, Diego Angulo, etc. En 1933 ganó las oposiciones de catedrático de Lengua y Literatura Españolas y fue destinado al Instituto de Monforte de Lemos (Lugo), donde, además de profesor, desempeñaba el cargo de secretario. Durante este tiempo tuvo algunas actividades políticas participando en mítines y conferencias. Era miembro de la UGT y afiliado de la Agrupación Socialista de Monforte de Lemos, de la que fue vicepresidente; mientras, su mujer trabaja en la biblioteca provincial de Ourense.

En el verano de 1936, el matrimonio por diversas circunstancias familiares marcha a Madrid, con su hijo pequeño, donde les cogió el golpe de Estado del 18 de julio; por el comienzo de la guerra, no pudieron regresar a Galicia. Permanecieron unos meses en la ciudad y en 1937, con la capital sometida a bombardeos incesantes, se trasladaron a Valencia y, finalmente, a Orihuela (Alicante), donde fue profesor de Lengua y Literatura en el Instituto y su mujer bibliotecaria en la Biblioteca Especial, al lado de Justo García Soriano, destacado bibliotecario y brillante intelectual, encargado de proteger y recuperar el patrimonio artístico, padre de Ernesto García Camarero, director del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, con el que tuve la suerte de trabajar, cuando se estaban dando los primeros pasos en la informatización de las bibliotecas. En 1938 fue destinado a la Escuela de Jefes y Oficiales de Carabineros de Caldas de Montbui (Barcelona), con el grado de capitán; en enero de 1939 cruzó los Pirineos por el municipio francés de Le Perthus con su mujer y su primer hijo, Pedro, convencido de la pérdida de la guerra y escapando de las posibles represalias.

Después de ser detenido en Francia, separado de su mujer y pasar varios meses en el campo de refugiados de Argelés sur Mer, se reunió con ella en Montélimar, gracias a la ayuda de su hermano el diplomático Luis Tobío Fernández. Tras diversas complicaciones y sopesando los riesgos de una situación internacional muy complicada, el matrimonio decidió marchar a América. Con la ayuda del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles, desde Burdeos embarcaron en el vapor Ipanena rumbo a México, llegando a Veracruz en julio de 1939.

En México fue fundador, director y profesor del Instituto Hispano-Mejicano Ruiz de Alarcón, colegio fundado por españoles, en el que también fue profesor el hermano de su mujer, Luis Tobío Fernández, uno de los promotores de la creación del Seminario de Estudios Gallegos y miembro del equipo redactor del anteproyecto del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936; el colegio fue un importante proyecto educativo, que a pesar de su corta vida, reunió en su claustro a destacados intelectuales gallegos exiliados: Jacinta Landa viuda de Juan Vicente Viqueira, Laureano Poza Juncal, hermano del director de la Escuela Hospital-Asilo de Lalín, Uxío Souto Campos, Jesús Dopico Barreiro y Marcial Fernández Vázquez. Su mujer se responsabilizó de la dirección de la Escuela de Señoritas, filial del Centro.

Regreso a España

Mantuvo una estrecha amistad con el presidente mexicano Lázaro Cárdenas y también se relacionó con importantes intelectuales americanos: Castro Leal, Silva Herzog, Lombardo Toledano y Alfonso Reyes. Asistía con frecuencia a las reuniones que se organizaban en la casa del político republicano español Indalecio Prieto. Con el cierre del Instituto, hacia 1943, pasó a ser profesor de la Escuela Superior de Guerra en Méjico D.F. En los últimos años del exilio comenzó a dedicarse al negocio de los seguros, actividad con la que siguió cuando regresó a Galicia en 1948.

De vuelta a España, residió en A Coruña hasta 1955, año en el que se trasladó a Santiago de Compostela. Desde 1949 trabajó en la empresa de seguros Galicia S. A. y su mujer, como bibliotecaria en el Archivo General de Galicia, en la USC y en el Instituto Gelmírez. En febrero de 1960 se reincorporó como profesor de Lengua y Literatura Españolas en el Instituto de Enseñanza Media Arzobispo Gelmírez. Esta reincorporación a las actividades docentes del profesor Martul causó una gran satisfacción a las múltiples amistades que poseía en Santiago, A Coruña, en otras localidades de la región y en los medios universitarios santiagueses y madrileños. Pronunció conferencias en universidades americanas y europeas, especialmente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid y sobre todo en Santiago; se relacionó con los principales intelectuales gallegos: Otero Pedrayo, Vidal Abascal, Bouza Brey, García Sabell, Rabanal, Castelao, Colmeiro, Celso Emilio Ferreiro, etc.

Sus trabajos literarios son abundantísimos, entre los principales se hallan: Relaciones entre vida y obra en el espacio literario; Ideas sobre el hermetismo en la Poesía francesa Moderna; Nobleza y presencia del soneto en la literatura moderna y La enseñanza de las literaturas Hispano-Americanas. Al lado de estos trabajos escribió algunos ensayos que han merecido la atención de eminentes filósofos españoles y mejicanos: El asombro de lo español, La esperanza de lo español en el mundo, etc. Otros sobre temas sociales y económicos: La universidad del mundo, La metafísica del sistema liberal, su decadencia y pesimismo, Inflación, devaluación y depreciación, nuevos agentes del mundo económico-social moderno, Las paradojas de la incredulidad, etc.

Publicó centenares de artículos sobre literatura, sociología y economía, en los principales periódicos gallegos: Pretérito de un instituto de Segunda Enseñanza, El Monte Faro, señor de Rodeiro. Valores humanos de esta comarca; y durante su estancia en Santiago fue un colaborador habitual del periódico La Noche: Lalín, un mundo aparte en Galicia. Sus hombres representan en América una nueva forma de españolidad; Estimulado por el Alcalde de Lalín. La planeación civil -este artículo lo escribió respondiendo a la petición del Alcalde Luis González Taboada-; La fama del P. Aller en el mundo científico americano. El episodio del apócrifo discípulo de un sabio cabal; La significación de la taberna en el mundo latino, en donde recuerda su tierra de Camba: " en Vence, en la Torrebella, la taberna que durante algún tiempo fue ateneo de las gentes de Rodeiro; Un niño en Villagarcía; Grandeza, personalidad y nobleza del soneto, dedicado a Moralejo Laso y Bouza Brey; La 'América Virgen', proyectada en el cuento, dedicado al académico García Sabell; Virgilio y el viejo tema del mesianismo, dedicado a Ramón Otero Pedrayo.

Otros artículos aparecidos en La Noche: Dolor y violencia en la literatura americana. La calavera y el Invunche; Arte y estilo de escribir; Tributo a Alfonso Reyes y II.- Humanismo, universalidad y espiritualidad en la obra del sabio mejicano; Esquilo, Rabanal y yo; Fonética y lengua española en Hispanoamérica; Los reflejos social económicos en las principales literaturas precolombinas: maya, azteca y peruana; En la semana de Rubén Darío. La neutralidad ática del poeta; Literatura ancilar. III.-La facilidad pedagógica; Literatura ancilar. Indiferencia y resistencia; Calvino, profeta del capitalismo; La literatura penetra en las muchedumbres por la obstinación de las minorías; La creencia científica y sus transformaciones. Recordando a Pio XII en el aniversario de su fallecimiento; Como vio Román Rolland a Renan; Lo que debemos los occidentales a Marshall. Evocación de una visita al general; ¿Qué es más urgente, reforma de empresa o salario justo?; La Compañía de los Hombres; El proceso de la unidad mundial; San Agustín, Bernard Show o los dos amores; El mito del aislacionismo de los Estados Unidos; El cine y la determinación de expresión; El asombro de ser español. Desde afuera y desde adentro; La esperanza que España promete al mundo. (II) Una lógica del corazón; Memorándum de las tonterías; La contienda de un siglo; El autismo. ¿Nos hallamos ante una nueva revolución industrial?; Alonso Quijano 'El Bueno' en Norteamérica; etc.

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