El emblemático Mesón A Vila de A Estrada reabrió sus puertas a última hora de esta tarde, afrontando una nueva e ilusionante etapa de la mano del hostelero Marco Fernández, que durante los últimos 8 años ha venido regentando la Bolera de Cuntis y que con anterioridad ya había regentado durante 7 un establecimiento hostelero en Pontevea. Es la quinta incursión empresarial de este profesional de la hostelería que suma ya 25 años de experiencia en el sector y que tiene ante sí el reto de mantener o mejorar el elevado listón que ha dejado en A Vila el saber hacer de Diego Campos, quien lo regentó durante 13 años -contando con su madre en la cocina- hasta que, a finales del pasado mes de septiembre, decidió tomarse un respiro para reflexionar e impulsar con brío nuevos proyectos.

En la inauguración de esta nueva etapa, Marco Fernández y su equipo están siendo arropados -desde las ocho de la tarde y todavía a estas horas- por numeroso público. A todos los asistentes, el hostelero y su equipo les agasajan con la primera consumición de manera completamente gratuita y con numerosas tapas. Llevan horas sirviendo pinchos variados, como tortilla, jamón al corte, queso o empanada.

Es tan solo un aperitivo de lo que Marco Fernández y su equipo de jóvenes pero experimentados compañeros de viaje (cocinera y camareros) proyectan ofrecer a sus clientes a partir de ahora. Y es que en esta nueva etapa, A Vila trabajará especialidades en carnes y pescado fresco. Así, en carnes, se especializará en solomillo, croca y algún tipo de carne de buey. En pescados, trabajará especialmente creaciones culinarias a base de bacalao, lubina y merluza. También tendrá menú del día. Será cocina tradicional, que remita a los sabores de siempre. De cara a la próxima Navidad, se centrará en las consabidas cenas de empresa.

Además, para regar las creaciones de su vertiente gastronómica, también dispondrá de una amplia gama de vinos especiales.

La decoración exclusiva de este local estradense -que remite a la arquitectura tradicional y popular galle-ga- sirve de contrapunto para un mesón que, tras abrir por primera vez en diciembre del año 2000 de la mano de su propietario, Juan Antonio Salgueiro Paz, ha conseguido consolidarse como uno de los más emblemáticos de la villa estradense.