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El Centro de Interpretación de Balbino está paralizado por falta de presupuesto

-La idea surgió en 2015 y se retomará "cuando haya apoyo institucional", afirma Otero -La Fundación Neira Vilas descarta ceder originales y defiende una dotación interactiva

Jesús Otero. // Bernabé/Gutier

A principios de 2015, el Concello de Vila de Cruces, previo contacto con la Fundación Xosé Neira Vilas, anunciaba su intención de construir el Centro de Interpretación de Balbino, el protagonista de Memorias dun neno labrego, la obra más conocida del escritor de Gres. El concello disponía de un local de propiedad municipal de 180 metros cuadrados en los que podría albergarse la bibliografía referente a esta novela. El bajo, próximo al auditorio y la biblioteca municipal, que también lleva el nombre de Xosé Neira Vilas, tenía que someterse a una considerable reforma. La falta de apoyo económico de otras instituciones motivó que se paralizase el pliego que iba a regir el concurso de ideas para este proyecto.

De hecho, las últimas noticias de este Memorial de Balbino son de hace dos años y medio. El alcalde cruceño, Jesús Otero, admite que la iniciativa está en suspenso pero que se retomará "cuando haya apoyo institucional". No podemos olvidar que el propio Neira Vilas -falleció en noviembre de ese año- veía con buenos ojos que el legado de Balbino quedase en el municipio que lo vio nacer. Por eso, tampoco es un tema abandonado desde la propia Fundación. Su actual presidente, Luis Reimóndez, apunta que la dotación de material sería "muy sencilla, porque tenemos todo clasificado y ordenado", pero adelanta que el centro, de materializarse, no luciría los libros originales que alberga la casa de Gres. "A nivel personal, no me gustaría descapitalizar los libros originales, sacarlos de aquí".

Es cierto que la Fundación, ahora mismo, tiene un problema por la tremenda acumulación de volúmenes en la biblioteca, por lo que precisaría más espacio en zonas como el salón de actos. Pero no ocurre lo mismo con el área expositiva en sí, es decir, la casa en la que Neira Vilas y su esposa Anisia Miranda hacían el día a día. "Estamos teniendo muchas visitas, a la gente le gusta ver dónde vivía el escritor", indica.

Por eso, para Luis Reimóndez lo ideal es que este Centro de Interpretación de Balbino no se limite a ser un duplicado de obras, sino que camine con los tiempos y apueste por lo virtual. Pone como ejemplo el Domus, el primer museo interactivo del mundo. "Podría ofrecer hologramas que permitiesen hablar, por así decirlo, con el propio Neira Vilas o con sus personajes, mediante un cuestionario previo, o pantallas en las que repasar la vida del autor y que ofreciesen animaciones. Es más, hubo empresas que llegaron a ofrecernos este tipo de contenidos". Apuesta por dotaciones "breves y concisas, muy atractivas sobre todo para el público más joven". El problema es que, como todo lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías, estos sistemas se quedan enseguida obsoletos, además de ser caros.

La Fundación en 2018 cumplirá 25 años. Ya está inmersa en montar una exposición itinerante como la de Querido Balbino, y además, presentará un libro inédito, recordando también efemérides de Neira en Cuba y Argentina.

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