El Salón Teatro de Lalín será escenario mañana del Concerto de Solistas de la Banda de Lalín. Junto a Marta Romero Montouto y Javier Carballude Iturburua, e invitados de relumbrón como Xocas Meijide y Eunice Quartet, se encuentra el lalinense José María Golmar Fondevila, al que todos conocen en la banda lalinense como Chema. "Aunque dejó los estudios oficiales con 15 años, se sigue formando y luchando por su pasión", destacan desde la agrupación musical.
-¿Cómo está preparándose para el concierto de este fin de semana como solista de la banda?
-Ahora estamos en la recta final de la preparación y espero afrontarlo con la mayor disponibilidad posible porque significa mucho para mí poder tocar como solista con la banda y en el Salón Teatro.
-¿El repertorio que va a interpretar es el más apropiado para su manera de tocar la trompeta?
-La pieza que voy a interpretar es una pieza clásica y de mucho renombre, que tocan los grandes trompetistas mundiales en algún momento de sus carreras musicales. Es una pieza de referencia que tiene desde partes melódicas hasta otras muy vivas, y es muy agradable de escuchar. Tiene mucha dificultad técnica pero asumo esa parte de complejidad para asumir un nuevo reto en mi trayectoria.
-¿Qué supone para un lalinense tocar como solista con la banda de su tierra natal y ante su público?
-Sin duda, tocar con la Banda de Lalín como solista es el mayor reto musical al que me enfrento desde que era una chavalín. Lo cierto es que hasta ahora nunca antes tuve la oportunidad de tocar como solista y, por lo tanto, es todo un compromiso para mí pero intento recibir esto como un premio a estos 25 años que llevo con la banda y espero no defraudar a nadie. Para mis será un día muy especial en todos los sentidos, y ya digo que espero poder estar a la altura.
-En la banda valoran especialmente su dedicación porque usted tuvo que dejar sus estudios musicales muy pronto, ¿no es verdad?
-Efectivamente, yo mis estudios musicales los tuve que interrumpir a la edad de 15 años y desde aquella siempre seguí tocando la trompeta siendo miembro de la Banda de Lalín desde el año 1992 de manera puntual. Siempre estuve ahí para apoyarles tanto en los buenos momentos como en los malos. Nunca dejé de ser trompetista pero, como digo yo, a nivel local.
-¿Qué lugar ocupa la música en su vida después de todo eso?
-Para mí la música es un momento de descarga emocional y siempre me siento muy a gusto cada vez que cojo la trompeta para tocarla. Además, la música me ha hecho conocer a grandes amigos en la Banda de Lalín desde que toco con ellos y después de tantos años juntos, claro. Por lo tanto, es un gusto y un placer poder ser miembro de esta agrupación musical.
-¿Seguirá por mucho tiempo formando parte de la Banda de Lalín, compaginándolo con sus actuales obligaciones laborales?
-Hay que partir de la base de que la Banda de Lalín no es una banda de profesionales porque es una banda esencialmente amateur. Sí, yo vivo de mi profesión, pero sí que es que verdad que siempre que pudo aprovecho el tiempo para seguir formándome y poder hacerlo lo mejor posible siempre que tenga que tocar la trompeta.
-¿Cuánto tiempo le suele dedicar al día a la trompeta?
-Está claro que cuando no hay un concierto a la vista en el tiempo, es inevitable relajarse un poco en lo que a los ensayos se refiere. Desde que supe que tenía tocar en el Concerto de Solistas, una hora o dos diaria hay que sacarlas para estar en forma y para tener ciertas garantías de éxito en un espectáculo tan importante, y junto a grandes nombres como son los de los invitados a la actuación de Lalín.
-¿Piensa que por mucho talento que se tenga nadie puede tocar bien si no le dedica un tiempo a los ensayos con el instrumento?
-Eso es indudable. El que no trabaja no consigue sus objetivos ni tampoco el éxito que siempre se busca cuando se trata de música. Como en otras muchas facetas de la vida, en esto de la música el trabajo lo es todo. Ensayar y no desfallecer en ello es fundamental si quieres llegar a triunfar, claro.
