"En este momento el sector está empezando a salir de la crisis". Son palabras del propio presidente de la Asociación de Fabricantes e Comerciantes de Mobles de A Estrada y presidente, también, de la Asociación Comarcal de Empresarios, Gonzalo Figueiras. Desde la prudencia, y consciente de que todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar los niveles que en su día obtuvo la producción industrial por excelencia en el municipio, la del mueble, Figueiras se muestra esperanzado e insiste en que el sector afronta el futuro más inmediato "con buenas expectativas" y con previsión de recuperarse de modo definitivo.
Este repunte de la actividad al que alude el presidente de los mueblistas comenzó a notarse, según asegura ya "a mediados del año pasado". Aunque no hay que negar que desde entonces hubo talleres y fábricas que echaron el cierre por diferentes motivos, también, por otra parte, se registraron altas de nuevas firmas, lo que refuerza las esperanzas de recuperación.
Aunque sin precisar datos exactos sobre el número de nuevas altas registradas en los últimos meses, desde la Asociación Comarcal de Empresarios apuntan que muchas de estas empresas de nueva creación surgieron de trabajadores que cesaron su actividad en algunas de las fábricas que cerraron y que se animaron a dirigir sus propios negocios, bien como autónomos o bien constituidos mediante sociedades, de acuerdo con la normativa laboral vigente.
"Solo hay que ir a la oficina de empleo y ver que carpinteros no hay muchos", explica Figueiras respecto al nivel de ocupación en este tipo de puestos. "En este momento, la gran mayoría de las empresas tienen trabajo", añade. Un "movimiento" que achaca al incremento general del consumo, tanto a nivel particular como a gran escala.
A pesar de que el sector de la construcción está "muy parado" todavía, el presidente de los mueblistas explica que comienzan a repuntar las ventas a clientes a nivel particular. "La gente empieza a amueblar los pisos nuevos", señala.
A este tipo de transacciones se suman otras de mayor nivel, tal y como explica Figuerias. Así es que varias empresas locales asumen en estos momentos una gran carga de trabajo que tiene como destino final el mercado foráneo. "Hay empresas que están trabajando para otros países y esto está siendo una gran ayuda" para salir de la crisis y contribuir a recuperar el sector por excelencia en la capital de Tabeirós-Montes. "Aparentemente, deberíamos haber tocado fondo y estamos comenzando a repuntar", señala.
La competencia que ejercen las grandes áreas comerciales, inevitablemente, sigue siendo un lastre para las pequeñas y medianas industrias locales. "Nos están perjudicando mucho", admite Figueiras, que apunta que "los precios están muy por debajo de lo que deberían". En este sentido, señala que los costes de un oficial de primera rondan los 800 euros, frente a los "doscientos y pico" de Portugal, lo que supone una notable diferencia. "El problema de las empresas es que los sueldos siguen siendo pequeños, pero el problema más grave son los costes sociales" que tienen que soportar. Y es que la reducción del poder adquisitivo de los asalariados reduce también sus facilidades para consumir, en este caso, mueble estradense. "Los trabajadores deberían cobrar más para poder gastar más", defiende Figueiras.
Otro de los cambios que sufrieron las firmas locales en los últimos años es el relativo a la readaptación a las demandas del mercado. Más allá de producir muebles, muchas están ahora centrando su actividad en fabricar carpintería, bien para equipar hoteles y locales de hostelería, por ejemplo, bien para producir mobiliario relacionado con la construcción, como ventanas o puertas.
