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Los cazadores alertan de que una sequía prolongada afectará a las repoblaciones

La falta de humedad evita, por el momento, la propagación de pestes -Silleda opta por sembrar conejos vacunados con dos cepas -Lalín y Cruces se quejan de zorros y águilas

Cazadores de Lalín, con gazapos de conejo para repoblar los montes. // Bernabé/Gutier

Al margen de los daños que está causando en los cultivos, el calor extremo que desde hace semanas soporta la comarca puede tener consecuencias para las repoblaciones de conejo que desde hace meses acometen todas las sociedades cinegéticas. Es cierto que la propagación de pestes se da sobre todo si al calor extremo se suma mucha humedad, "pero una temperatura muy alta tampoco favorece la supervivencia", explica el presidente de la sociedad de cazadores de Lalín, José Luis Gil. Este colectivo seguirá sembrando conejo y perdiz hasta finales de mes, pero ya adelanta que el único peligro para estas dos especies no va a ser calor, sino sus depredadores, el zorro y el águila, principalmente. Pese a que en Lalín se organizó meses atrás un torneo de zorro, sigue siendo una especie muy extendida en los montes lalinense, mientras que en Cruces preocupa, y mucho, la superpoblación de águilas. En los montes cruceños se está esperando a que amainen las temperaturas para realizar la última repoblación de conejo, apunta desde el colectivo su presidente, Gonzalo Gómez.

Mientras tanto, en Silleda confían en que salga adelante su novedoso sistema de repoblación. Como explica el presidente, Jesús Caramés, se siembran conejos en tandas de 100 animales, cada 15 días, "y vacunados contra la cepa de la peste del año pasado y la de éste", para tener doble garantía de que los animales van a salir adelante. Los animales se trasladan en jaulas portátiles y se les da de comer, a la par que se controla cómo va siendo su adaptación al medio. En Silleda, además, se realizaron desbroces en enero y volverán a acometerse en septiembre, en las semanas previas al inicio de la temporada. Ayer terminaron de hacerse los biótopos y, si la peste no actúa este año, las perspectivas son muy buenas.

Mientras tanto, los agricultores dezanos se quejan de que por la falta de lluvia -no hay precipitaciones abundantes desde el 8 de mayo- ni siquiera ha nacido el girasol. Se ha perdido el 40% de la cosecha de maíz y el 40% de la de hierba. Y el cereal sigue subiendo. Sin embargo, las líneas de seguros agrarios no cubren este tipo de pérdidas, pues fueron concebidas "para una España seca", explica el responsable comarcal de Unións, Román Santalla.

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