Un equipo de bomberos del Parque Intercomarcal se desplazó a Lalín bien entrada la noche del pasado domingo para retirar el que es su primer nido de avispa asiática (Vespa velutina); y eso que durante los últimos meses recibieron numerosas alarmas por su presencia, pero resultaron ser falsas, pues los enjambres eran de especies autóctonas: Avispas y, sobre todo, avispones (Vespa crabro). La colmena se hallaba en lo alto de la fachada de una vivienda particular en la rúa Camelias de la urbanización Ciudad Jardín. Fue el propietario de la casa quien dio el aviso a los bomberos sobre la presencia de estos insectos, en cuya labor de retirada también participaron miembros del Grupo Supramunicipal de Emerxencias (GES) de Lalín.

La alarma social generada por las avispas asiáticas ha generado que los distintos servicios de emergencia de la zona notasen durante este verano un incremento de las operaciones de extracción de nidos -la mayoría resultaron ser de la especie autóctona europea Vespa crabro- respecto al mismo período de años anteriores. En el caso de los bomberos, solo durante los dos últimos meses de agosto y septiembre, han registrado alrededor de una veintena de intervenciones de estas características.

Ante esta situación, desde la Asociación de Apicultores de Galicia y desde los propios servicios de emergencia recomiendan mantener la calma y frenar el abuso de llamadas cuando se trate de la presencia del identificado como avispón autóctono, ya que este es el único capaz de hacer frente en pleno vuelo a la avispa asiática, que amenaza gravemente la población de abejas melíferas, ya que se trata de una especie muy voraz.

Trampas caseras

Desde la Asociación de Apicultores de Galicia facilitan también información sobre trampas caseras. Se trata de una botella de plástico cortada en su parte superior a modo de embudo invertido, en el que se confeccionará una asa de alambre sujetando ambas partes. En su interior se echará una mezcal de tres partes de cerveza por una de vinagre de sidra. Esta, al mismo tiempo que las atrae, genera un gas asfixiante para ellas. Recomiendan su ubicación con una inclinación de 45 grados para que cuando llueva no entre agua. Y, cuando tenga dentro alguna muerta, aconsejan deshacerla para que las feromonas atraigan a más ejemplares.