María Soto, su hijo Manuel Lalín junto a su esposa y a su hijo, recogieron ayer de manos de Sol Vázquez, directora xeral de Comercio, el diploma otorgado por la campaña "A semana do teu comercio" como premio a una labor iniciada en 1840 por el matrimonio compuesto por Benita González y José Trabazo con la apertura de la panadería "Manolo da Morena" de Lalín. En el acto también estuvieron presentes, entre otros, el alcalde de Lalín, José Crespo, y representantes del Centro Comercial Abierto de la cabecera comarcal dezana.

El organismo autonómico se centra estos días en la campaña "A semana do teu comercio: unha semana, un comercio, unha historia", una iniciativa con la que la Consellería de Economía e Industria pone en valor el trabajo desarrollado por los 52 centros comerciales abiertos en Galicia, entre los que se encuentra el de Lalín, dedicándoles una semana del año a cada uno. Vázquez subrayó que la campaña tiene también el objetivo de "realzar el buen hacer de los negocios locales que supieron adaptarse a los nuevos tiempos, consiguiendo su supervivencia a través de la calidad y la proximidad al cliente". Con esta idea, la iniciativa de Economía reconoce a los establecimientos más longevos de cada centro comercial, como es el caso de la panadería "Manolo da Morena". La directora xeral recordó que con "A semana do teu comercio", la consellería "reitera su compromiso con el comercio gallego como sector clave para la reactivación de la economía".

La técnica de siempre

Tras la fundación del establecimiento en 1840, fue en 1899 cuando Josefa Trabazo y su marido Manuel Fernández continuaron con el negocio panadero iniciado por Benita y José. En 1933, su hija Carmen Fernández y su esposo Luis Lalín prolongaron su existencia hasta que en 1965 lo cedieron a su hijo Manuel y su esposa María Soto. Actualmente, María Soto, su hijo Manuel y la esposa de éste, Ángeles Barreiro, ejercen una actividad a la que se incorporaron en el año 2000.

Benita González y José Trabajo estuvieron unos 60 años ejerciendo de panaderos. La panadería estuvo emplazada inicialmente en la calle Jose Antonio, actual calle Calzada, para posteriormente trasladarse a la calle D donde en el año 1933 Luis y Carmen empezaron a trabajar. Cuentan con un local con taller y despacho de pan, y siempre se centraron en la elaboración de pan a base de trigo, de centeno y sin sal, entre otros.

La forma de elaboración del pan de "Manolo da Morena" es la tradicional, siguiendo con la misma técnica de siempre en la artesa y la amasadora. Lo único que cambió en todos estos años fue la cocción, puesto que antes el horno tenía la leña dentro. Ahora, el horno se sigue calentando con leña, pero ésta se sitúa al lado del mismo por higiene. Los ingredientes son totalmente naturales puesto que el pan de "Manolo da Morena" sólo lleva sal, fermento y harina del país. Su pan dura más y más sabroso y versátil. Buena muestra de ello son sus míticos bollos que durante varias generaciones fueron consumidos por los jóvenes de Lalín en los recreos de los distintos centros escolares. Tres empleados ayudan a la familia a mantener este prestigio.