Durante el confinamiento se vendieron en Vilagarcía 42 viviendas, es decir, menos de la mitad que en el segundo trimestre del año anterior (107). Aunque las transacciones inmobiliarias se desplomaron con el estado de alarma decretado con motivo de la pandemia de coronavirus, los precios, que ya de por sí son elevados en la capital arousana, permanecieron intactos, según confirman los datos del Ministerio de Fomento y también los propios profesionales del sector.
Así, entre abril y junio el precio del metro cuadrado de las viviendas tasadas en Vilagarcía se situó en 911,3 euros, una cifra que se mantiene en niveles similares con respecto al mismo periodo de 2019, con 912,7 euros. En ejercicios anteriores -siempre atendiendo al segundo trimestre- los pisos estaban más baratos: 906,8 euros en 2018, 850,3 en 2017, 860,7 en 2016, 818 en 2015 y 851,4 en 2014, según los datos oficiales que maneja Fomento.
Avelino Barreiro, agente inmobiliario de larga trayectoria en la ciudad, coincide en que los precios no han descendido pese a la crisis sanitaria. Señala que la actividad se ralentizó considerablemente durante los primeros meses de pandemia, pero que en verano repuntó. "En el tercer trimestre trabajamos bien", admite.
Entre lo más buscado por los clientes están las casas unifamiliares con terreno o bien parcelas en las que construir la vivienda. "También se pregunta mucho por áticos, porque tienen el desahogo de la terraza y por las vistas", comenta Barreiro, quien observa que el confinamiento ha hecho que muchas familias se replanteen su modo de vida.
Y también ha afectado a las propias inmobiliarias sobre el tipo de producto a ofrecer. Algunas empresas han reorientado sus próximas promociones hacia inmuebles residenciales con más espacios abiertos, en lugar de bloques de pisos. Es el caso de Avelino Barreiro, que pondrá a la venta quince parcelas en la zona de O Piñeiriño y Fontecarmoa en la que los compradores podrán construir sus propias casas o bien utilizar el diseño realizado por el arquitecto que contrata la inmobiliaria. Las fincas todavía no están en fase de comercialización y ya cuentan con varias reservas.
Otra promotora de Vilagarcía está construyendo unos edificios en la avenida Rodrigo de Mendoza (en el tramo más próximo a San Roque) y lleva más de la mitad de los pisos vendidos, lo que evidencia tanto la existencia de demanda en la ciudad como la escasez de obra nueva en marcha. Así las cosas, Valiñas recibió la primera licencia de obra municipal para construir edificios en más de una década de parón en la capital arousana.
Por ahora es la única promoción de vivienda colectiva que se está ejecutando, aunque hay más empresas con proyectos. Es el caso de Promociones Barreiro Pérez, que prevé construir 27 pisos en la zona de Bosque de Desamparados.
De las 42 viviendas que cambiaron de propietario durante el segundo trimestre, la práctica totalidad eran de segunda mano (concretamente, 40) y libres (solo una de protección oficial). Para encontrar un volumen de ventas similar hay que retroceder varios años.
Según los datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), entre 2013 y 2016 también se registraron cifras muy bajas durante los segundos trimestres. Fueron 54 viviendas en 2013, 45 en 2014, 42 en 2015 y 41 en 2016. En 2017 la compraventa de pisos en Vilagarcía mejoró, con 85 transacciones entre abril y junio. En el mismo periodo de 2018 se alcanzaron las 77 y en 2019 las 107.
El sector inmobiliario reconoce que actualmente estamos viviendo "una crisis importante", pero la ventaja con respecto a la de 2008 es que ahora los bancos están abriendo el grifo de la financiación.
