Hace seis meses que el Gobierno central decretó el estado de alarma debido a la pandemia de coronavirus. Esa situación extraordinaria, jamás vivida en la historia reciente de España, cerró colegios, empresas y confinó a toda la sociedad en sus casas. Solamente quedaron en activo los considerados servicios esenciales, como centros sanitarios, farmacias, supermercados o fuerzas de seguridad y emergencias. Durante ese tiempo de reclusión domiciliaria los contratos laborales cayeron en picado, como por ejemplo en abril, con 595 firmados en Vilagarcía, casi un tercio de los formalizados el mismo mes del año pasado. Pero las consecuencias en el mercado laboral no se limitan al confinamiento, sino que se extienden hasta la actualidad, con un desplome de la contratación en la capital arousana del 41% entre marzo y agosto en relación al mismo periodo de 2019. Los trabajadores con estudios secundarios son los más afectados y el sector servicios, el peor parado.
Así se desprende de los datos publicados por el Instituto Galego de Estadística (IGE) en base a información proporcionada directamente por la Consellería de Emprego. En los últimos seis meses los vilagarcianos rubricaron un total de 6.747 contratos laborales frente a los 11.439 del mismo periodo de 2019. El peor mes fue abril, por debajo de los 600 contratos, y le siguió mayo, con 750. En marzo, teniendo en cuenta que el estado de alarma no se activó hasta mediados de mes, se rubricaron 1.191.
En verano, pese al levantamiento de las restricciones y el tirón del turismo, la mejoría fue muy tímida. De hecho en junio se rubricaron menos contratos que en marzo. Fueron 1.062; 1.751 en julio y 1.398 en agosto, cifras muy por debajo de las registradas el año pasado (2.043 en junio de 2019, 2.410 en julio y 1.916 en agosto).
Formación
Por niveles de formación, los trabajadores con estudios secundarios continúan siendo los que más contratos firman, aunque al mismo tiempo también son los que han experimentado un mayor descenso, al pasar de 6.797 entre marzo y agosto de 2019 a 2.990 en el ejercicio en curso, es decir, un 56% menos.
Le siguen los empleados sin estudios, los considerados "analfabetos", con un 34% de caída, al pasar de 629 a 414 contratos.
En tercer lugar se encuentran los trabajadores con estudios primarios, con un descenso del 27%, al pasar de 2.280 a 1.643 contratos. Los que han cursado estudios superiores, como por ejemplo una carrera universitaria o un ciclo de Formación Profesional de grado superior, se han visto afectados en menor medida, con una disminución del 23%: de 1.389 a 1.067 contratos.
La economía de Vilagarcía tiene una fuerte dependencia del sector servicios, el cual aglutina el 65% de los contratos iniciados en lo que va de pandemia. También es uno de los sectores que más ha sufrido en esta época sin precedentes, con todo el comercio y la hostelería cerrados a cal y canto durante dos meses. Según los datos publicados por el IGE, entre marzo y agosto los vilagarcianos formalizaron 4.446 contratos de servicios, frente a los 8.750 rubricados en el mismo periodo de 2019.
Con respecto a los demás sectores, agricultura y pesca se mantiene en los 150 contratos, exactamente los mismos que el año anterior; la construcción también aguanta el tipo con solo 34 contratos menos (de 286 a 252); mientras que la industria ha perdido 354 contratos, al pasar de 2.253 a 1.899.
Tanto antes de la pandemia como en ella, las mujeres firman menos contratos que los hombres. Desde marzo ellas rubricaron 2.514 y ellos 4.233.
Sin embargo atendiendo a la temporalidad y pese a la caída tanto de contratos de trabajo temporales como indefinidos en ambos sexos, se da la circunstancia de que entre marzo y agosto las vilagarcianas formalizaron más contratos estables (119) que los hombres (87), una situación que no se dio el año pasado.
Computando el total de contratos indefinidos, se rubricaron en los últimos meses solo 186, la mitad de los 331 del mismo periodo de 2019.
