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A Illa ultima la compra del mobiliario para las tres casas modernistas

Entidades como la biblioteca ya trabajan en el futuro traslado a las nuevas instalaciones que estarán finalizadas antes de 2021

Casas modernistas de A Illa en plena rehabilitación. // I. Abella

El Concello de A Illa se encuentra ultimando la adquisición de todo el mobiliario que va a introducir en las casas modernistas de la calle Marqués de Bradomín. Las tres viviendas han sido rehabilitadas tras convertirse en patrimonio público con cargo al Plan de Reequilibrio Territorial de la Diputación de Pontevedra, una rehabilitación que no se limita a los edificios, sino que también ha afectado al jardín que rodea una de las viviendas. La dotación del mobiliario se incluye dentro de las mejoras que ofreció la empresa que se hizo cargo de la obra de rehabilitación que, en A Illa, se espera pueda estar funcionando en los próximos meses, antes de que finalice el año.

Carlos iglesias, alcalde de A Illa, reconoce que la actuación se encuentra en "sus últimos coletazos y estamos a la espera de que estos edificios del patrimonio público puedan ser disfrutados por todos los vecinos del municipio".

Una de las entidades públicas que se va a trasladar para esas viviendas reformadas es la biblioteca municipal. En ella ya se ha comenzado a trabajar en el traslado y en acondicionar todos los fondos a un nuevo sistema de identificación que ha implantado la Xunta, por lo que "está siendo más complicado de lo inicialmente previsto, pero esperamos que, en cuanto se pueda realizar el traslado, todo esté listo", explica Iglesias.

La inversión que se realiza en las viviendas de Goday, Dona Tomasa y O Campaneiro es de 2,4 millones de euros, financiados a través del Plan de Reequilibrio Territorial de la Diputación de Pontevedra. Las tres viviendas fueron adquiridas en su día por el Concello de A Illa, pasando a convertirse en patrimonio municipal. La primera que se convirtió en propiedad de todos los isleños fue la de Goday, adquirida a través de un convenio urbanístico con la familia propietaria de la misma. Eso fue en 2004, y la intención era adquirir las otras dos viviendas. Sin embargo, hubo que aguardar seis años, hasta 2010, para convencer a sus propietarios de la venta. Para la adquisición de las mismas se recurrió a la caja de anticipos de la Diputación, lo que permitió al Concello desembolsar los 400.000 euros en los que se cerró la operación. La intención era comenzar cuanto antes las obras, e incluso, el entonces ministro de Fomento, José Blanco, llegó a incluirlas dentro del 1% cultural. Sin embargo, aquello no llegó a fructificar y hubo que aguardar hasta 2018 para comenzar las obras. Durante ese tiempo, las tres viviendas fueron sufriendo un progresivo deterioro que las puso al borde de la ruina.

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