A menos de un mes para la finalización del verano, la Diputación y los Concellos promotores de la Vía Verde do Salnés, Vilagarcía de Arousa, Caldas de Reis y Portas decidieron no esperar más y proceder a la inauguración oficial de esta senda medioambiental, al menos en el tramo que han cofinanciado. El acto oficial será esta tarde a las 17 horas presidido por la titular del ente provincial, Carmela Silva y con la participación de los alcaldes de los tres municipios. Pero aún quedan actuaciones pendientes que están a cargo de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, como la rehabilitación del antiguo puente ferroviario sobre el río Umia.
Los vecinos de Vilagarcía, Caldas y Portas llevan como mínimo dos meses disfrutando de este itinerario alternativo y seguro para caminatas y paseos en bicicleta, que ocupa el trazado en desuso de un tramo de vías férreas entre los tres ayuntamientos. Desde que se levantó el estado de alarma sanitaria se incrementaron los itinerarios medioambientales y la nueva ruta pronto se convirtió en el atractivo para muchos aficionados al deporte al aire libre. Incluso, en los primeros días, caminantes y ciclistas se atrevían a cruzar el viejo puente ferroviario aún sin arreglar. Ahora el viaducto está cortado para su rehabilitación. Esta actuación, junto con toda la señalización informativa y la dotación de mobiliario, como bancos y papeleras, está a cargo de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, cuyos trabajos van más atrasados.
A la Diputación y los Concellos les ha correspondido la preparación de la plataforma de la Vía Verde, utilizando materiales acordes con el entorno, una vez que la empresa ferroviaria Adif retiró las viejas vías del tren. También han tenido que desbrozar los caminos y asegurar muros y taludes.
Este nuevo itinerario tiene una longitud de 9,195 kilómetros. Parte de Rubiáns, en el término municipal de Vilagarcía, para continuar por Godos, en Caldas de Reis, y acabar en la estación de Portas, en las inmediaciones de la vieja azucarera.
La actuación tiene un presupuesto de 532.000 euros, de los que la Diputación aportó 200.000, la Xunta se hace cargo de una cantidad similar, y el resto lo aportan los Ayuntamientos.
El proyecto incluye equipamientos complementarios, como la creación de miradores en las zonas en las que la senda se ensancha, y habilitación de áreas de descanso.
