La biblioteca municipal de Vilagarcía reabrió ayer sus puertas con una oferta de 40 puestos de estudio para poder garantizar el metro y medio de distancia interpersonal. Según datos facilitados por la directora de la sala, Mercedes Castro, hasta las doce y media del mediodía habían accedido 19 personas para ocupar un asiento, mientras que para préstamos y devoluciones acudieron 14. Cabe recordar que este servicio ya está disponible desde hace dos semanas en el caso de la biblioteca central, y desde hace una semana en las agencias de lectura de Carril, Bamio y Vilaxoán, en las que todavía no se permite entrar a leer o estudiar. Su horario es de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 horas.
La biblioteca Rosalía de Castro ha retomado su actividad con un aforo por debajo de la mitad en condiciones normales y con horario reducido, concretamente de 9.00 a 14.00 de lunes a viernes.
La directora señala que esta primera jornada de reapertura transcurrió de forma tranquila, sin ningún tipo de incidencia. Los usuarios -en un 90% estudiantes- respetaron las normas, manteniendo la distancia y usando mascarilla en las zonas de acceso; en el puesto de estudio no es necesario llevarla.
Libros en cuarentena
Los libros se pueden llevar a casa durante 21 días. El decreto del estado de alarma a mediados de marzo sorprendió a muchos lectores con los ejemplares en casa. "Se habían prolongado los préstamos hasta el 11 de junio para que no hubiese penalizaciones", comenta la directora de la biblioteca.
Tanto en la sala central como en las periféricas de Bamio, Carril y Vilaxoán hay demanda de préstamo y entrega de ejemplares. Cuando se devuelve un libro, este se deja en cuarentena durante catorce días. "Pertenecemos a la red de bibliotecas de Galicia y estamos a la espera, a ver qué hace la Xunta en este sentido, si se mantiene esta medida o no. En función de lo que ocurra enviaremos un informe al Concello", concluye Castro.
Los usuarios de la biblioteca tienen a su disposición gel desinfectante para lavarse las manos cuando lo deseen. Los trabajadores cuentan con pantallas de protección.