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La "desescalada" acelera las obras en el exterior de la iglesia románica de Caleiro

Ponen en marcha la mejora de los accesos al interior del histórico templo que llegó a estar cerrado durante años -Las obras se hicieron con aportaciones de los vecinos

Obras de pavimentación en los accesos a la iglesia de Santa María de Caleiro. // Iñaki Abella

Si todavía se conserva en buen estado la iglesia de Caleiro, en Vilanova de Arousa, es gracias a los vecinos de la parroquia. Cuando esta comenzaba a deteriorarse, hace ya casi un lustro, fueron ellos quienes dieron un paso adelante y se empeñaron en recuperarla no solo como el monumento que es, sino también para que volviese a acoger en su interior oficios religiosos. Aprovechando la desescalada que se ha registrado en el estado de alarma, los vecinos han dado un paso más en la rehabilitación integral del templo, centrándose, en esta ocasión, en los accesos, al iniciarse las obras de pavimentado en piedra. La intención de los vecinos era comenzar estas obras hace tiempo, para lo que contaban con licencia municipal. Sin embargo, la lentitud de Patrimonio en expedir los permisos necesarios ralentizó las obras, siendo alcanzadas por el estado de alarma. Pese a ello, la intención es que puedan estar finalizadas en unas semanas, dando lustre a un templo que estuvo muy cerca de convertirse en una ruina, algo que evitaron los vecinos con la creación de una comisión con la que conseguir los fondos necesarios para su rehabilitación. Esta recuperación se ha acometido en diferentes fases, contando incluso con la herencia de un antiguo párroco de Santa María de Caleiro que permitió dar un buen impulso a la obra.

Esta actuación dejará prácticamente listo el exterior de la iglesia de Caleiro, aunque no será la definitiva ya que en el interior todavía queda por restaurar el retablo y las dos capillas, una construida en el siglo XVI y otra en el XVIII. Entre esas intervenciones en el exterior destaca la limpieza del campanario y la recuperación de un reloj solar que alberga el edificio.

Desde que la comisión vecinal dio el paso para su recuperación, invirtiendo más de 149.000 euros en hacerla habitable, la iglesia acoge oficios religiosos prácticamente a diario.

Eso si, los eventos en los que van a participar un mayor número de personas, como son los funerales, se celebran en el salón parroquial adyacente, un inmueble con capacidad para más de 700 personas sentadas. La iglesia estuvo a punto de quedar como una ruina, pero la intervención de los vecinos, muchos de ellos bautizados en ese templo, lo evitó.

Construida en el siglo XII, la iglesia ha sufrido varias intervenciones a lo largo de su existencia, conservando de la edificación original el ábside, partes de los muros norte y sur y la puerta de la fachada occidental. Lo más destacable de ese ábside semicircular son los canecillos que soportan el alero, decorados con rostros y figuras geométricas de influencias visigóticas. En el interior presenta una bóveda de cañón de dos tramos, que descansa en dos pares de columnas.

La nave fue modificada con la construcción de las capillas laterales, la del Cristo o de los Crespo y la de la Sagrada Familia o del Carme, pero se han mantenido parte de los paramentos con varios canecillos románicos y un contrafuerte del muro sur. Aunque las sucesivas reformas en la iglesia modificaron, en gran medida, su aspecto interior, se ha conservado una columna completa y un capitel con una vieira en el muro sur de la nave. La primera modificación que sufrió fue en 1554 al erigir el campanario. Se sucedieron más obras, con la adhesión de diferentes capillas en 1589 (capilla del Cristo) y 1906 (capilla del Carmen) hasta la rehabilitación de hace tres años.

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