Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Rocio Acha: "La domesticación de la vid se produjo en torno al 8.000 a.C. al sur de Georgia"

"Los museos del vino públicos evolucionan a un ritmo menor que los privados"

Rocío Acha, ayer, con su publicación sobre los museos del vino. // Iñaki Abella

Rocío Acha es una de las personas que mejor conoce los museos del vino en España, no en vano fue presidenta de la asociación española que agrupa a estos centros. Fruto de esa experiencia, de numerosos viajes, y de un largo y prolijo trabajo de investigación, que le valió el Premio Extraordinario de Doctorado por la UNED, la cambadesa publica ahora "Los museos y la cultura del ocio. Los museos del vino en España", un completo volumen ilustrado que repasa varios aspectos vinculados a la cultura del vino. El libro se presenta esta tarde en Cambados, y Rocío Acha estará acompañada por responsables de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y por el presidente de la asociación española de museos del vino. La presentación es a las 17.30 horas, en el Parador del Albariño.

-En su obra hace un recorrido por la cultura del vino que arranca con la vid silvestre, cuando todavía ni siquiera había nacido el humano moderno. ¿Saben los investigadores cuando empezó a consumirse el vino?

-Sabemos, por ejemplo, que los neandertales ya consumían vino. Pero si nos preguntamos cuando se inició la producción de vino, cuando se produjo la domesticación de la vid, la arqueología nos remite a dos yacimientos situados en el Cáucaso, al sur de Georgia. El hallazgo de unas vasijas en esa zona indicaría que la domesticación de la vid se produjo en torno al año 8.000 antes de Cristo.

-¿Qué nivel presentan los museos del vino españoles?

-Tenemos que diferenciar entre las instituciones públicas y las privadas. Estas últimas son las que más están evolucionando, y un ejemplo muy destacado es el del museo de la Dinastía Vivanco, que posee unas colecciones de altísimo valor. Los museos que dependen de las administraciones públicas están evolucionando a un ritmo menor. Tuvieron un 'boom' en los años 90, pero lo importante no es solo nacer, sino también generar después contenidos, crecer.

-En su obra habla de la cultura del ocio. ¿En qué espejos puede mirarse Galicia para avanzar en materia de enoturismo?

-Hay muchos puntos que están arrancando y que están haciendo las cosas bien. Pero si hubiese que destacar dos ejemplos, señalaría a La Rioja y a la Ribera del Duero. Empezaron más tarde que Galicia, pero han ido a un ritmo de crecimiento mayor. Supieron trabajar mucho los aspectos relativos a la profesionalización y transmitir así una gran imagen de calidad.

-Para la elaboración del libro ha podido conocer personalmente muchos museos españoles, arquitecturas y paisajes vinculados al vino. ¿Cuáles le han impresionado más?

-Si tuviese que hablar de un museo, el de la Dinastía Vivanco es una joya, un punto de referencia. En cuanto a paisajes, me quedaría con los de las Islas Canarias. La estructura con la que se trabaja el viñedo en las Canarias es increíble. Plantan en tierras volcánicas y protegen la vid del viento con unos pequeños muros. Parecen auténticas obras de arte. Es un paisaje que no pasa desapercibido. En cuanto a la arquitectura, no puedo decantarme por ninguna, porque es tan variada... Encontramos desde lagares hasta castillos impresionantes, como el de Peñafiel, construcciones contemporáneas como las de Frank Gehry o Calatrava, las bodegas subterráneas de la comarca de Aranda... Cada arquitectura tiene su esencia, su encanto. No soy capaz de decantarme por ninguna.

Compartir el artículo

stats