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Talento arousano para unas Cíes de Patrimonio Mundial

Daniel Cornes y Ariadna Cordal dirigen el cortometraje "Onde dormen as gaivotas"

Desde la izq., Nerea Ogando, Ariadna Cordal, Dani Cornes, Adán Cordeiro, Lidia Veiga y Yago Durán.

En un momento del futuro, una joven bióloga llamada Amelia llega a las islas Cíes. El archipiélago está desierto, y ella se cubre el rostro en todo momento con una máscara que filtra el aire, pues la contaminación ha arrasado el planeta y la atmósfera está envenenada. Este es el punto de partida de "Onde dormen as gaivotas", un cortometraje rodado por media docena de graduados en Comunicación Audiovisual por la Universidade de Vigo, con el que el Ayuntamiento vigués intentará convencer a la Unesco de la importancia que las Cíes tienen, no solo como paraíso natural, sino también como escenario cultural.

Tras el proyecto hay dos arousanos, el grovense Daniel Cornes, que es el guionista, director y compositor de la música, y la cambadesa Ariadna Cordal, que fue ayudante de dirección, directora de arte y responsable del montaje. Completan el equipo Nerea Ogando, una vecina de O Carballiño que se ocupó de la producción; Adán Cordeiro, que es de Cangas do Morrazo y que se encarga de la dirección de fotografía; y los actores Lidia Veiga (Amelia), que es de Arzúa; y el vigués Yago Durán, cuya voz en off conversa en todo momento con Amelia, y se niega a creer lo que la bióloga le cuenta desde el archipiélago.

"Onde dormen as gaivotas" nació a raíz de un concurso del Concello de Vigo. Inmerso en su candidatura para que las islas Cíes sean declaradas Patrimonio de la Humanidad, el Ayuntamiento convocó sendos premios de fotografía y cortometraje, y los ganadores de ambas modalidades se incorporarán a la candidatura que Vigo remitirá a la Unesco.

Los jóvenes apostaron fuerte, porque aunque lo más fácil sería presentar un audiovisual preciosista y casi publicitario, arriesgaron con una propuesta de ciencia ficción, ambientada en un futuro distópico. El mundo es una ruina por culpa del calentamiento global, y no queda ni un solo rincón limpio, ¿o sí? "Con el cortometraje queremos concienciar sobre lo que podría pasar si no paramos el cambio climático", afirma Daniel Cornes. Ariadna Cordal, a su vez, destaca la fuerza del personaje de Amelia, que para ella, "transmite que aún hay esperanza", pese a las inflexibles órdenes que le llegan para que ni se le ocurra quitarse la máscara.

El resultado final, de algo menos de 12 minutos, puede verse estos días en una exposición en la Casa das Artes, en Vigo.

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