Ya no es que se trate de un episodio madrugador y más fuerte que en otras ocasiones, como se explicó hace días en FARO. Es que los niveles de células tóxicas no dejan de subir, lo que permite insistir en que se producirán cierres de bateas generalizados y prolongados en el tiempo, tal y como vaticina el propio sector.

Se trata, hay que insistir, de un episodio totalmente natural. Pero no deja de ser llamativo, tanto por producirse a principios de febrero -con un par de meses de adelanto sobre lo habitual-, como por la abundancia, e incluso el tamaño, de las células.

En agua de mar

Prueba de ello es el informe técnico sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar elaborado por el Intecmar y actualizado a las 10.06 horas de ayer.

En el mismo se observa un "incremento significativo" de células en la estación de medición arousana situada en Aguiño y en diez de las existentes en la ría de Pontevedra, como son las de Combarro, Bueu, Raxó, Boca Sur, Boca Norte, Tambo, Aldán Interior, Cabalo de Bueu, Festiñazo y Ons.

Sin muestreos

A estos incrementos habrá que sumar lo que, muy probablemente, se habrán experimentado en las rías de Vigo y Muros-Noia, aunque a causa del mal tiempo reinante, en esta ocasión no fue posible obtener muestras de fitoplancton en agua de mar.

Tampoco fue posible muestrear las estaciones de medición de Sada y Ares, en este caso debido a un exceso de detrito.