El Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) de O Salnés-Ulla-Umia es uno de los más activos de Galicia en cuanto al número de proyectos presentados, y sin embargo es de los que menos dinero tiene para repartir entre los solicitantes. Así fue en la convocatoria de ayudas que entró en vigor en 2017, y así volverá a suceder en las anualidades de 2020 y 2021.
Los proyectos que se presenten en los 16 ayuntamientos que conforman los tres territorios agrupados por la Xunta en el GDR de O Salnés-Ulla-Umia tendrán para repartir entre los dos años poco más de 185.200 euros en subvenciones, lo que supone la cifra más baja de Galicia. El grupo integrado por la Ribeira Sacra y O Courel dispondrá de casi medio millón de euros, y el denominado Montes e Vales Orientais, en la provincia de Lugo, se aproxima a los 550.000.
El Grupo de Desenvolvemento Rural de O Salnés-Ulla-Umia abrió esta semana el periodo para la presentación de proyectos que puedan encajar en la llamada "submedida 19.2", cuya finalidad es promover actuaciones que contribuyan al desarrollo local. Los interesados disponen de plazo hasta el 31 de este mes, y deberán presentar sus solicitudes de ayuda a través de la sede electrónica de la Xunta de Galicia, indicando que pertenecen al GDR número 17, que es de O Salnés, Ulla y Umia.
El GDR arousano dispone para este año de 92.600 euros a repartir en forma de ayudas entre los proyectos presentados, y que obtengan mejor puntuación, dado que el proceso es por concurrencia competitiva, de modo que todas las iniciativas serán baremadas. Pueden concurrir emprendedores a título particular, empresas, asociaciones de vecinos, comunidades de montes o ayuntamientos, entre otras entidades. El GDR O Salnés-Ulla-Umia comprende los concellos de Vilagarcía, Sanxenxo, Cambados, O Grove, Vilanova, Meaño, Ribadumia, A Illa, Meis, Valga, Catoira, Pontecesures, Caldas, Portas, Moraña y Cuntis.
El 75 por ciento del dinero de las ayudas procede de fondos europeos, el 22,5 por ciento de la Xunta, y el 2,5 restante, del Estado. En algunos casos, la subvención puede llegar a cubrir hasta el 60 por ciento de la inversión total a realizar, aunque en la mayoría de los casos el porcentaje es inferior.
Hasta el momento, el Grupo de Desenvolvemento Rural arousano ya ha repartido en subvenciones en torno a tres millones de euros.
Zonas montañosas
Este tipo de programas están pensados para estimular la economía en las áreas rurales más deprimidas, envejecidas y despobladas, con la finalidad de generar nuevas posibilidades laborales. Por ello, a la hora de repartir el dinero entre los distintos GDR, la Xunta prima las comarcas más montañosas o con peor balance demográfico.
A Terra Chá lucense dispondrá entre los dos años de casi 400.000 euros; los municipios encuadrados en el GDR Sil-Bibei-Navea tienen a su disposición de más de medio millón; los de A Limia y Arnoia rondan los 360.000. En la otra cara de la moneda, comarcas como las de O Salnés, Condado-Paradanta o Compostela tienen que conformarse con 185.000 euros en total entre las dos anualidades.
El problema surge porque el GDR arousano es uno de los que más proyectos genera al cabo del año, por lo que las necesidades económicas también son mayores. En cualquier caso, se aconseja a los promotores que presenten igualmente sus solicitudes, pues cabe la posibilidad de que dentro de unos meses el GDR de O Salnés-Ulla-Umia reciba más dinero.
La propia convocatoria de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader) de finales de diciembre establece que las cuantías asignadas a cada grupo podrán incrementarse en función de las solicitudes, siempre y cuando se amplíe el crédito o haya remanentes de otros GDR, en los que no haya solicitudes suficientes para agotar el dinero o la calidad de sus proyectos no alcance la puntuación mínima exigible.
O Salnés contó en la convocatoria del plan Leader de 2014 a 2020 con tres millones de euros a repartir en forma de subvenciones, pero se presentaron tantos proyectos que se hubiese necesitado más fondos. En las oficinas entraron más de un centenar de iniciativas, que han generado o consolidado unos 300 empleos. Los nuevos deben mantenerse al menos cinco años.
