La glorieta de Godos que distribuye el tráfico hacia Caldas y Vilagarcía de Arousa se somete estos días a una mejora de seguridad al reponerse la balaustrada de hormigón que salva el precipicio sobre la N-640 en el entronque con el Vial del Puerto.
Las obras consisten en la renovación total de los viejos bloques de hormigón que, aunque a veces han salvado vidas al impedir caídas de vehículos al vacío, en otras ocasiones demostraron su endeblez y su escasa resistencia a golpes de cierta envergadura; de ahí que se contabilicen varias víctimas mortales, entre ellas una repartidora de periódicos o un estudiante vilagarciano más recientemente.
La reposición de la balaustrada podría tener efectos positivos de ahora en adelante pues permite una mayor visión de este espacio a los automovilistas y por tanto facilitaría una reacción más rápida ante un imprevisto en la carretera.
Es la primera actuación importante que el Ministerio de Fomento realiza en este vial, inaugurado hace más de una década, con el fin de distribuir el paso tanto hacia elpropio Vial del Norte o a la N-64 en dirección a Caldas de Reis, como para facilitar las salidas hacia Rubiáns, la circunvalación norte a Carril, el polígono industrial de San Simón, a Pontevedra o el vial que da servicio a un pequeño núcleo de viviendas y naves de almacén.
Los trabajos continuarán la próxima semana, aunque el grueso de la actuación está prácticamente concluida, aunque todavía quedan por retirar varios de los viejos bloques de hormigón que cierran este peligroso espacio.
Conviene subrayar que este punto de concluencia de carreteras es en sí mismo muy peligroso al estar emplazado en una zona de viales de relevante pendiente, por lo que la maniobra de frenado suele ser más problemática.
Sobre la vieja bionda se han empotrado varios turismos, furgonetas y camiones de gran tonelaje, que por fas o por nefás fueron incapaces de realizar el giro en esta intersección en forma de rotonda. el peligro se acentúa en época de lluvias o por la niebla,
