El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro, denuncia que el "desmantelamiento" de la Guardia Civil en municipios pequeños como el suyo -y en el conjunto del rural-, constituye un paso atrás en la lucha contra los malos tratos.
A su juicio, se trata de "un lastre" que impide plantar cara a los maltratadores, proteger a las víctimas y dar seguridad tanto a las mujeres como al conjunto de la población.
Hace esta reflexión cuando la comarca de O Salnés y los municipios del Ullán completan un año trágico en cuanto a violencia de género. Y no hay que olvidar que Valga fue el municipio más castigado por esta lacra, con dos víctimas en marzo -un hombre que presuntamente mató a su esposa y después se suicidó - y otras tres asesinadas a tiros en septiembre, la exesposa, excuñada y exsuegra del presunto autor de los disparos.
Frente a este tipo de situaciones, y ante la necesidad de frenar la violencia machista, la sociedad arousana se une hoy para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Y es en este marco en el que se pronuncia Bello Maneiro, para decir que "por parte del Gobierno de España se está haciendo seguimiento de los casos de malos tratos a través de la Guardia Civil, pero también es cierto que existe una carencia tremenda de efectivos en el rural".
A su juicio, "hay que recuperar aquella Guardia Civil que patrullaba las aldeas y conocía a los vecinos, hasta el punto de que en muchos casos ni siquiera era necesario que alguien denunciara, porque ya los propios agentes sabían qué ocurría y quién era quién".
Lo que quiere decir es que "se necesita una mayor cercanía de los guardias, y el hecho de agruparlos en los principales puestos mientras se dejan sin efectivos los pequeños acuartelamientos es un problema serio cuando se habla de violencia de género, pues si las mujeres y los vecinos del rural en general no nos sentimos arropados policialmente las cosas son mucho más difíciles".
La petición del alcalde valgués es clara: "Hay que evitar lo que está haciendo el Gobierno de España y reforzar los cuarteles para que la Guardia Civil tenga de nuevo presencia en el rural".
Pone como ejemplo concreto lo que sucede en el cuartel de Valga, que está "bajo mínimos". Argumenta que "aunque son pocos, los agentes prestan su servicio lo mejor que pueden". Y añade que "oficialmente nos dicen que tiene nueve efectivos, pero en realidad muchas veces son solo cuatro y otras solo hay dos, y si aún por encima están de guardia en Cambados o A Illa, lo que sucede es que los vecinos de Valga estamos desprotegidos".
De este modo, reflexiona el máximo mandatario valgués, "si sucede algo grave en nuestro pueblo y se requiere su presencia, cuando lleguen ya puede ser tarde".
José María Bello Maneiro reclama así "más personal" para cuarteles como el de Valga, al tiempo que lamenta que "todo el mundo se olvida del rural cuando llega a los altos cargos de la política, pues al principio se habla para la galería de la necesidad de recuperar núcleos deshabitados y de ayudar a la 'España vaciada', pero resulta que después ni siquiera se mantiene a la Guardia Civil, a pesar de que necesitamos tanta o más protección que las grandes ciudades".
Termina diciendo que "Valga y Pontecesures son los ayuntamientos más alejados del puesto de la Guardia Civil de Cambados, por eso no tiene sentido que nos dejen desamparados; y no quiero pensar que esto se deba a razones políticas".
