Todas las campañas de concienciación realizadas y el esfuerzo de las mariscadoras de A Illa para frenar a los furtivos de bañador parece haber surtido efecto. Así lo reconocen desde la Cofradía de A Illa al apuntar que, este verano, la presión a la que eran sometidos sus bancos marisqueros en las jornadas de playa ha disminuido de forma considerable. Pese a este descenso, el pósito no está dispuesto a bajar la guarida en la que queda de septiembre ni en años venideros, ya que sí se registraron algunos incidentes y la media de denuncias tramitadas por los guardapescas isleños fue prácticamente de una diaria.
La responsable de las mariscadoras, Maricarmen Dios, reconocía ayer que "este año no hemos tenido el impacto del anterior, que fue auténticamente brutal, quizás porque las campañas de concienciación han comenzado a hacer efecto y porque las condiciones meteorológicas no fueron las mismas". Pese a ello, la mariscadora reconoce que "algunos incidentes sí hemos tenido, enfrentamientos verbales entre bañistas a los que hemos sorprendido retirando marisco, por eso consideramos que nuestro deber es seguir insistiendo para acabar con esta lacra".
Una de las cuestiones que más destaca Dios Castro de este verano es que, en muchas ocasiones, fueron "los propios bañistas que se encontraban en la playa los que alertaban a los vigilantes o a las mariscadoras de lo que estaba sucediendo; eso significa que ya hemos cambiado muchas mentalidades y que la gente comienza a darse cuenta de que el marisco que hay en las playas solo puede ser extraído por aquellos que las cuidamos".
Dios Castro aplaude iniciativas como la de concienciar desde los colegios sobre lo importante que supone respetar el trabajo de las mariscadoras, pero considera que se debe ir más allá y centrarse también en los adultos, que "son los que nos están dando problemas en estos momentos en los arenales, en la mayor parte de las ocasiones, no por información, sino por falta evidente de concienciación y de valoración de nuestro trabajo". En ese sentido, el pósito está valorando la posibilidad de implementar nuevas campañas, como la posibilidad de que las personas que se acercan a A Illa puedan conocer de primera mano una jornada de faena de las mariscadoras. "Son solo ideas que están todavía por perfilar, pero no podemos permitir que vuelva a ocurrir lo del año pasado", cuando muchos arenales, especialmente los de la zona este, la que mira hacia el continente, acabaron siendo esquilmados por bañistas ávidos de disfrutar de unas almejas que les ha costado mucho a las mariscadoras conseguir. "Nuestra intención es desarrollar alguna campaña, algo que llame la atención sobre nuestro trabajo y que pueda ser conocido por las personas que se acercan a disfrutar de las playas de A Illa, que sepan que turismo y marisqueo pueden convivir perfectamente pero siempre dentro de unas normas que todos debemos cumplir", explica.
Durante todo el verano, las mariscadoras mantuvieron las tareas de vigilancia en las playas, e incluso, se llegaron a infiltrar guardapescas entre los bañistas para controlar que no se retirase marisco de forma furtiva durante las jornadas en las que las playas de A Illa estuvieron más llenas de gente.
