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Los desvíos obligan a extremar las precauciones al volante y generan complicaciones en otras carreteras

Uno de los desvíos habilitados en la autovía. // Muñiz

Las obras en la Autovía do Salnés generan lógicas complicaciones para la circulación rodada, ya que toda actuación de estas características obliga a interrumpir o desviar el tráfico, aunque sea provisionalmente.

Esos perjuicios, que ayer se hicieron notar, se extienden a otras carreteras cercanas, que son las que soportan un aumento inusual de la densidad de vehículos derivada, precisamente, de las interrupciones en la vía de alta capacidad.

Ayer quedaron patentes tales trastornos para los conductores, sobre todo, a la altura del nudo de enlace de Ribadumia, donde se registraba uno de los desvíos más importantes de cuantos están previstos en esta fase de reforma.

Las incomodidades se trasladaron al tramo de autovía comprendido entre ese enlace y el nudo de Curro, así como en las carreteras que acceden a la misma a su paso por el Concello de Meis.

Ni que decir tiene que esta situación obliga a extremar las precauciones al volante y hace más que aconsejable que los conductores planifiquen sus desplazamientos por la Autovía do Salnés, ya que en caso contrario pueden sufrir significativos retrasos en el trayecto.

La buena noticia, pensando en minimizar los perjuicios, es que el buen tiempo acompaña, por lo que se desarrollan las obras con absoluta normalidad y de acuerdo con los plazos inicialmente previstos por la empresa adjudicataria y la Xunta de Galicia.

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