La Guardia Civil detuvo en Ribadumia a un matrimonio acusado de tener una plantación de marihuana en el interior de una vivienda deshabitada y de defraudar unos 50.000 euros en suministro eléctrico, pues estaban "enganchados" a la red pública.

La operación se denomina "Molar", y en el transcurso de la misma se incautaron más de 400 plantas de droga, así como unos 40 aparatos eléctricos para el cultivo y crecimiento de las plantas.

Las investigaciones fueron llevadas a cabo durante el último mes por agentes del Puesto de Cambados, y concluyeron con la localización de una vivienda deshabitada cerca del campo de fútbol de Ribadumia, y en cuyo interior se estaba cultivando marihuana. Se registró el inmueble y se procedió a la detención del matrimonio, como presuntos responsables de la plantación. Ellos son un hombre de 48 años y una mujer de 43. Residen junto al lado de la casa donde presuntamente tenían la plantación, y han quedado en libertad provisional, a la espera de ser llamados a declarar en el Juzgado.

La Guardia Civil explica en un comunicado que en el registro se pudo comprobar que las estancias del inmueble se habían acondicionado con lámparas de mariposa, ventiladores, transformadores de luz, condensadores y semilleros para el cultivo, procesado y distribución del estupefaciente.

Se intervinieron 400 de plantas de marihuana en distintos estados de crecimiento, unos dos kilos de marihuana envasada al vacío, en 15 bolsas dispuestas para la venta, 20 transformadores eléctricos, 15 focos halógenos y 6 lámparas, además de varios ventiladores, macetas y fertilizantes, añade la Comandancia de Pontevedra. Mientras, en el registro que se efectuó en el propio domicilio de los detenidos se intervinieron 5.000 euros en efectivo y documentación con supuestas anotaciones de ventas.

Según la Guardia Civil, tanto el inmueble donde se localizó la plantación como el domicilio de los detenidos se encontraba enganchado al suministro eléctrico de forma ilegal para abastecer la plantación, "para evitar que el elevado consumo y la excesiva potencia eléctrica fuera detectada por la compañía suministradora del servicio. A tenor de las primeras valoraciones realizadas por técnicos de la empresa suministradora, se estima que el importe de la cantidad defraudada puede superar los 50.000 euros", afirman los investigadores.