La tensión entre percebeiros y bateeiros no cesa. Ya se relató en infinidad de ocasiones anteriores que las relaciones entre ambos colectivos son complejas, y ambos temen que la crispación pueda desencadenar enfrentamientos graves. Incluso peores que los vividos en los últimos días, cuando se limitaron a ataques verbales y amenazas.

Los protagonistas son, por un lado, bateeiros de A Illa y otros puertos de la ría de Arousa que se desplazaron a Baiona, A Guarda y Cangas para recolectar mejilla, es decir, la cría de mejillón que crece en las rocas del litoral y necesitan para "encordar" en sus bateas y así garantizar el siguiente ciclo productivo del mejillón. Y los otros protagonistas son los miembros de cofradías de pescadores que se niegan a aceptar que los bateeiros recolecten semilla en "sus" rocas, las mismas donde crece el percebe, alegando que lo destrozan.

Condenados a entenderse, porque las dos especies comparten espacio vital en las rocas más golpeada por el Atlántico y porque la ley ampara a los bateeiros -autorizados a extraer la cría precisa-, de un tiempo a esta parte hay cofradías dispuestas a tensar la cuerda ofreciéndose a recoger ellas mismas la mejilla para después venderla.

Pero los bateeiros se niegan a ceder ante lo que muchos consideran "un chantaje" y alegan que la ley los ampara y que son ellos los únicos autorizados para recolectar el mejillón alevín que necesitan.

Con este panorama, lo sucedido en días pasados en las Rías Baixas es solo un capítulo más en la lucha que mantienen ambos sectores. Explican lo sucedido bateeiros de A Illa y miembros de la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega), quienes declaran a FARO que en lugares como Cabo Home fueron esperados, vigilados e incluso perseguidos por tierra y por mar.

Culpan a percebeiros de Cangas, Aldán y otros lugares del sur de la provincia "que nos insultan y amenazan para que no subamos a las rocas en busca de mejilla". Alegan los productores que "esas cofradías que quieren perjudicar nuestro modo de vida tienen que entender que necesitamos la mejilla y que la ley nos autoriza a recogerla, por eso no pueden impedirnos hacerlo".

Niegan incluso que estropeen los bancos de percebe, advierten de que "el día menos pensado habrá que lamentar alguna desgracia, porque habrá follón", y vuelven a pedir a la Xunta que los proteja, "en cumplimiento de la legislación vigente".

Está por ver que puede suceder en próximos días, ya que si bien la campaña de la mejilla iniciada el 1 de diciembre finalizaba el 30 de abril, la Consellería do Mar accedió a la petición del sector y concedió una prórroga de un mes. Así pues, finalizará el próximo día 31, salvo que se conceda un nuevo aplazamiento, ya que hay bateeiros dispuestos a solicitar "que nos dejen aprovechar la primera seca -bajamar pronunciada- de junio".

Las peticiones de prórroga se deben a que la coincidencia de temporales con "secas" anteriores impidió recolectar mejilla con normalidad. Y también a que "este año está siendo desastroso y apenas hay cría en las rocas, por lo que necesitamos más tiempo para acumular toda la necesaria", sostienen.