Los mejilloneros saben que "lo más previsible ahora mismo es que las biotoxinas sigan en aumento" y generen nuevos cierres de bateas, "sobre todo si se registran vientos del sur", puesto que introducirán en las rías las microcélulas acumuladas en las aguas atlánticas.
"Anuncian temporal para los próximos días, y lo más probable es que las corrientes metan más 'marea roja' en las rías, pero ya estamos acostumbrados a convivir con ella", reflexionan los productores.
En cierto modo a la mayoría le da igual este episodio porque ya no tienen producto comercial que vender en estos momentos del año, y de este modo el pequeño seguirá creciendo hasta sacudirse las biotoxinas y salir al mercado.
A otros este parón, que es algo así como una veda natural, les viene bien para centrarse en la campaña de recolección de la mejilla, iniciada el pasado 1 de diciembre.
Esta actividad, hay que recordar, consiste en recolectar en las rocas del litoral la cría o semilla del mejillón que, una vez encordada en las bateas, seguirá desarrollándose en ellas hasta llegar al "desdoble" y después alcanzar el tamaño deseado para su venta, de ahí la importancia de disponer de tiempo para su recogida.
En definitiva, que con el cierre de tres polígonos en la ría de Muros-Noia y dos en la de Pontevedra parece darse el pistoletazo de salida al tradicional, esperado y, por qué no decirlo, positivo, episodio tóxico primaveral de las aguas gallegas.
