La Operación Tilvas-Secreto, realizada por los agentes de la Unidad de Delincuencia y el Crimen Organizado (Udyco) en colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), no pasará a la historia por la cantidad de cocaína intervenida, tan solo 4,5 kilogramos, sino por el duro golpe que se le asesta a la red que presuntamente encabezaba el vilanovés Braulio Vázquez, uno de los integrantes de la supuesta nueva hornada de narcos que comenzaba a sobresalir en la comarca de O Salnés.

Él y un vecino de Vigo se encuentran ya en la prisión de A Lama, mientras un tercero, vecino de Vilanova, quedó en libertad con la obligación de comparecer en el jugado de forma periódica, además de tener retirado el pasaporte.

El grupo desarticulado es uno de los más activos señalan fuentes de la investigación, capaz de mover un considerable número de kilogramos de cocaína procedente del pago a narcotransportistas por introducir en las costas gallegas la droga colombiana. Tenía la capacidad no solo de distribuirla por todo el territorio nacional, sino también de cortarla y adulterarla para triplicar los beneficios, gracias al laboratorio que fue localizado por los agentes de la Udyco y el SVA.

La operación se fraguó hace varios meses, cuando agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico comenzaron a investigar las actividades de un grupo de personas que podrían estar vinculadas con este tipo de tráfico ilícito. Entre ellas se encontraba el vilanovés Braulio Vázquez, sin antecedentes penales, aunque sí policiales, y al que siempre se consideró como uno de los grandes valores de la nueva hornada de presuntos narcotraficantes de O Salnés.

A medida que avanzaron las pesquisas, los policías comprobaron que los investigados formaban parte de un grupo criminal dedicado a la adquisición de la droga que reciben en especie los narcotransportistas que alijan el material en las costas gallegas. Ésta la cortaba y procedía a su distribución por gran parte del territorio nacional. Con todo el grupo identificado, el pasado domingo, los investigadores lanzaron la operación. En un dispositivo conjunto coordinado por Udyco y el SVA, se procedió a la detención de uno de los integrantes del grupo cuando conducía un vehículo. En el interior del mismo se encontraba un habitáculo tipo "caleta", donde los agentes encontraron ocultos cuatro kilogramos de cocaína que ya había sido cortada.

Tras interceptar el vehículo, las unidades policiales comenzaron a realizar registros domiciliarios. Tres de ellos se realizaron en Vilanova de Arousa, de donde es natural Vázquez, los cuales permitieron intervenir medio kilogramo más de cocaína, y sobre todo, localizar un laboratorio para la transformación de la droga.

En el interior del laboratorio se encontraron todo tipo de útiles y productos químicos para la adulteración de los estupefacientes, como son la sosa cáustica, ácido clorhídrico y otras sustancias de corte. Junto a estos elementos también se incautaron de una prensa hidráulica, máquinas de envasar al vacío, equipos de transmisión, inhibidores de frecuencia, numerosos teléfonos y una máquina para contar el dinero.

En el desarrollo de la operación, los agentes de la Udyco y el SVA contaron con el respaldo de otras unidades, como el Grupo de Operaciones Especiales (GOES), guías caninos y diversos efectivos del DAVA.

Los tres individuos detenidos fueron puestos a disposición judicial ante el titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Vilagarcía que, tras tomarles declaración, decretó el ingreso en prisión de Braulio Vázquez, como presunto jefe del grupo, y de su compinche vigués, mientras el tercer integrante, quedaba en libertad con cargos. Vázquez se había convertido en objetivo prioritario para las fuerzas de seguridad del Estado, al haberse convertido en una de las grandes referencias de la nueva hornada de presuntos narcotraficantes.

Sin embargo, pese a haber sido interrogado en varias ocasiones, tratando de vinculársele con algunos alijos, siempre había salido indemne.

Una de esas ocasiones ocurrió hace siete años, en los primeros meses de 2012, cuando se interceptó el barco pesquero, con puerto base en O Grove, "Ratonero" en alta mar con un importante alijo de cocaína a bordo. La búsqueda de los "lancheros" que viajaban a recoger la coca llevó a la Guardia Civil a facilitar posibles identidades a sus homólogos portugueses. Entre esos nombres y fotografías se encontraba la de Vázquez, cuya cara acabaría siendo publicada en los medios lusos como una de las personas que se buscaba en Madeira, donde se habían refugiado los lancheros. El vilanovés acabaría demostrando que nada tenía que ver con ese alijo.