A Illa y Ribadumia han comenzado a recoger firmas para reclamar un servicio de pediatría digno, y sobre todo, que no se vea afectado por los recortes que se están aplicando por parte de la Consellería de Sanidade. Los dos Concellos han ubicado la recogida de las firmas en lugares como sus propios consistorios o los centros de salud, pero se han unido particulares cansados de que el servicio de pediatría sea uno de los que más problemas presenta por la dificultad de cubrir las bajas del profesional que comparten ambos centros de salud. "Varios bares y establecimientos comerciales se han dirigido a nosotros para colaborar en esta campaña, la gente está muy concienciada en la necesidad de contar con una atención sanitaria adecuada, especialmente, en lo que respecta a los más pequeños", explicaba ayer Carlos Iglesias.
El regidor isleño insistía ayer en que la intención es "recoger firmas durante las próximas semanas para presentárselas al titular de la Consellería de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, el día que nos reciba a los alcaldes de los dos municipios para transmitirle que no solo no se debe recortar en el servicio de pediatría, sino que los dos concellos aspiramos a disponer de un profesional a tiempo completo, y no compartido, como lo hemos tenido en los últimos años".
El problema con el servicio de pediatría de A Illa y Ribadumia se remonta al mes de noviembre, cuando el titular de la plaza solicitó una baja por enfermedad. Lejos de cubrir la plaza con otro profesional, el Sergas desvió las urgencias a los médicos de atención primaria, pese a que están saturados, y las revisiones de los pequeños a Cambados, donde los pediatras que trabajan en ese centro están todavía más colapsados. La excusa del Sergas era la "ausencia de pediatras" en el mercado, o por lo menos, dispuestos a trabajar en las condiciones que fija la administración autonómica.
Así estuvieron los pequeños de A Illa y Ribadumia hasta principios de este mes, cuando el Sergas decidió contratar a un pediatra, que comenzó a trabajar el pasado día 4, pero cuyo contrato solo tiene de duración hasta el 31. Iglesias espera que "todos estos movimientos no sean una jugada del Sergas para reducir servicios".
