Gustavo Rey Abalo, de 28 años, fue uno de los protagonistas de la pasada Xornada de Emprendemento convocada por el Ayuntamiento de Cambados. Ante un auditorio compuesto por estudiantes que en un par de años tendrán que escoger entre emplearse para otros o hacerlo por cuenta propia, Rey Abalo compartió escenario con otros autónomos para contar su historia: la de alguien que ha conseguido hacer de su mayor afición su modo de vida.

Gustavo Rey lleva la música en la sangre, no en vano es nieto de uno de los músicos de la mítica Krazzy Kray, una orquesta de Cambados de entre los años 40 y 60 en la que tocaron muchos abuelos de quienes, a partir de los 90, empezaron a hacer música en locales de ensayo insonorizados con hueveras y a girar en furgonetas llenas hasta los topes con instrumentos y equipos de sonido.

Miembro de Noite Fechada (banda histórica que se tomará un descanso el año próximo, y que ofrecerá un concierto de hasta luego el próximo día 28), Gustavo Rey cogió hace unos años las riendas de un bar de Barrantes conocido por poner buena música. En un primer momento, lo hizo solo para ganar un dinero con el que pagarse los estudios. Pero después se enganchó, y ya no lo pudo dejar. Atrapado hasta los huesos por dos adicciones, como son la música y la hostelería, las ha fusionado en su camino profesional.

Hoy sábado, Rey estrena la Krazzy Kray, una sala de conciertos situada en la plaza cambadesa de O Castriño (en el local donde hace años estuvo el Esmorga). Lo hará con un concierto de The Narchs, una destacada banda compostelana formada por profesores de la Rockschool. Y el jueves obtuvo el permiso oficial para empezar a trabajar con Fonosaurios, una oficina de representación musical y organización de conciertos que ya tiene cuatro bandas en cartera. Rey ha sido afortunado, pues ha logrado lo que no muchos consiguen: vivir de su pasión.

Cuenta que la sala de conciertos era una evolución natural de alguien que laboralmente lleva ya tiempo dedicado a la hostelería y que cree en la música en directo; y que Fonosaurios nace de la observación directa de docenas de grupos con mucho talento, pero incapaces de ir más allá de los bolos de fin de semana en pequeños bares.

Pero no emprendió a ciegas, ni movido únicamente por una fe mesiánica. Antes, se formó, y realizó cursos especializados de producción cultural y de representación para poder llenar ese hueco que percibía en muchos grupos. "Eran buenos, pero no tenían tiempo, o los contactos adecuados, o no sabían venderse", cuenta.

Cuando el concejal de Promoción Económica de Cambados, Xurxo Charlín le llevó a la Xornada de Emprendemento quería mostrar con él que montar un negocio y hacerse autónomo no tiene por qué ser solo sinónimo de abrir un bar o una tienda. Que incluso puede ser divertido. Y que ni siquiera tiene por qué ser una aceptación voluntaria de la semiesclavitud. De hecho, "Gus", como le conocen en el ambiente musical, sacará tiempo el año próximo para tocar con Gruzz y Los Ladridos.